domingo, febrero 27, 2011

El Granca recibe un duro golpe en casa frente al Cajasol de Sevilla

Spencer Nelson se choca con Paul Davis en su penetración. Foto de ACB PHOTO
Dura derrota la encajada por el Gran Canaria en casa frente al Cajasol de Sevilla (70-84), que fue muy superior desde el primer minuto del partido y empeoró las malas sensaciones que transmite el conjunto local en sus últimos encuentros. La diferencia al término del primer tiempo, 25 puntos a favor de los visitantes (23-48) quitó trascendencia al resto del choque, en el que tampoco se vio una reacción amarilla como sí se vio en Fuenlabrada.

Poco resumen se puede hacer de medio partido, que fue lo que vimos. Y no encuentro mejor forma para hacerlo que las palabras de Pedro Martínez en rueda de prensa: "Nos ha faltado actividad, intensidad, esfuerzo, faltas personales, lucha, mala leche, orgullo. En la primera falta nos ha faltado de todo".

Con tan mala puesta en escena -algo poco habitual en casa- y un rival enrachado en ataque y concienciado atrás que además tiene una plantilla tan larga, poco se puede hacer. El Gran Canaria ganó por poco el tercer parcial y redujo la diferencia en el último periodo, cuando ya el Cajasol había perdido la intensidad porque no la necesitaba. Y aun a pesar de maquillar el marcador, los locales no se marcharon demostrando el esfuerzo que sí se vio en Fuenlabrada hasta los últimos instantes.

Apuntes tácticos
Tampoco en este apartado hay demasiado que decir, ante tanta diferencia. Los dos equipos suelen practicar una defensa a todo el campo tras tiro libre anotado, aunque en este caso se vio más el de los visitantes, sin que hubiera excesivos problemas para salir de ella.

Sin embargo, sí hay dos detalles que me hacen pensar que Plaza tenía el encuentro muy preparado. El primero fue la forma de atacar el 2x2. Sabiendo que el Granca casi siempre lo defiende de la misma forma, con el pívot dando un pase lateral para detener al base, lo que hicieron los interiores sevillanos fue apartarse hacia el aro para dejar el hueco y que los bases y escoltas cruzaran por el medio de los dos jugadores amarillos. Calloway, Urtasun y Bullock, que ejecutan muy bien este movimiento, salieron por el centro del bloqueo muchas veces y ganaron ventajas de ese modo.

El otro detalle es la rotación del Cajasol, modificada para sacar partido de la baja de Savané. Normalmente el pívot titular es Paul Davis, pero esta vez salió de inicio Triguero, de modo que cuando el estadounidense saltó a la cancha, estaba defendido por Wallace, menos solvente en la defensa de ese tipo de jugadores tan grandes y fuertes. Davis lo aprovechó muy bien (9 puntos antes del descanso, con 4/4 en tiros de dos).

Mi visión sobre el Cajasol
Hace un tiempo llegué a decir en el foro de acb.com que la mejor plantilla de la Eurocopa no era la del Unics Kazan, sino la del Cajasol. Tiene 10 jugadores de mucho nivel (los rusos tienen 8, a mi parecer), con mucha variedad de recursos y con una capacidad física y atlética a la altura de los grandes equipos ACB. Para mí es mejor plantilla que la del Bilbao, por ejemplo. Con todo, no consiguieron carburar hasta hace poco, pero cuando lo han hecho llevan 10 victorias seguidas con esta.

Y lo hacen con un juego muy equilibrado, con buen movimiento de balón (Kirksay es fundamental en ese sentido), con ataques muy lógicos, mucha búsqueda de las ventajas y bastante equilibrio interior-exterior. Me gusta más cuando juegan sin mirar mucho el marcador, que a veces les hace botar en demasía, pero aun así, al nivel al que están ahora es un rival complicadísimo. Si no tienen lesiones, para mí son los favoritos de la Eurocopa y seguirán escalando en ACB.

Lo peor

  • La defensa amarilla. De nuevo al peor nivel, con muchísimos problemas en diversas situaciones de juego y todos los calificativos que se el ocurrieron a Pedro Martínez: sin intensidad, sin esfuerzo, sin lucha, sin actividad, sin orgullo. Los 2x2 frontales entre bases y pívots fueron un suplicio; la falta de rotaciones defensivas permitió multitud de canastas fáciles y hubo incluso problemas en el balance defensivo. Permitir el 71% en tiros de dos es algo impropio de una defensa ACB y, desde luego, está muy lejos de lo que había mostrado el Gran Canaria en la primera vuelta.
  • La falta de soluciones sin Carroll. Ya se advirtió en Fuenlabrada: si el escolta mormón no tiene su día, el plan de juego del Gran Canaria se viene abajo y a los demás jugadores les cuesta asumir la responsabilidad. Wallace lo hizo la semana pasada a partir del tercer cuarto y Green esta semana, pero en ambos casos llegó bastante tarde, con una diferencia demasiado grande en el marcador.
  • El desequilibrio entre juego interior y exterior. El Gran Canaria lanzó 31 triples por 28 tiros de dos, pese a que su acierto fue tirando malo. Los números al final del primer tiempo son escalofriantes: 6/13 en tiros de 2 y un horripilante 1/16 desde el 6,75. Es obligado reconocer que la defensa del Cajasol es muy buena y que sus centímetros dificultan hacer llegar el balón a los pívots, pero aun así hubo multitud de malas decisiones, poco movimiento de balón y, sobre todo, de los jugadores sin balón. Sin Jaycee como guía, el ataque insular fue como ver hormigas enloquecidas cuando se les tapa la entrada al hormiguero.
  • La puesta en escena del equipo. Jugando en casa (aunque con tan poco público y tantos pitos a los jugadores propios no lo parezca), el Gran Canaria tiene que salir mucho más intenso y concentrado, poniendo más energía. Como dice el técnico local, la obligación de los amarillos es jugar al límite, y si luego la falta de recursos o de jugadores hace que pierdan, habrá que asumirlo. Pero empezar de esa manera contra un rival tan fuerte borra todas las posibilidades de victoria. Y, lo que es peor, va arañando ese halo de imbatibilidad del CID del que tan orgullos estamos todos.
  • La sensación global de que el equipo está en crisis y faltan recursos para salir de ella. En este caso no me refiero sólo a los jugadores, que al fin y al cabo se puede pensar que tuvieron un mal partido, sino a periodistas y aficionados. Muchas preguntas a Pedro Martínez en la rueda de prensa posterior aludieron a la falta de un sustituto de Savané y a la dificultad de las rotaciones sin ese recambio. Y también leo y escucho opiniones acerca de que lo mejor es dar la temporada por perdida, dar minutos a los jóvenes y pensar en evitar el descenso lo antes posible. En mi opinión, queda muchísima liga por delante como para pensar así y el Gran Canaria tiene que pensar en competir en cada partido, poco a poco; en jugar bien, sin pensar tanto en el resultado. Y si luego no basta para meterse en play-off, pues vale. Incluso puede que sirva para darse cuenta de lo que cuesta entrar en las eliminatorias y que no se den tantas cosas por supuestas.
Lo mejor
  • Hoy no lo puedo evitar: la rueda de prensa de Pedro Martínez tras el partido. Cabal y razonable, negó que la falta del sustituto de Savané provocara el descalabro amarillo (de hecho, como señaló, en el segundo tiempo, que es cuando más debe notarse el cansancio, la intensidad fue mucho mayor), criticó el juego de su equipo sin ambages y asumió su culpa porque el equipo empezara tan mal: "Me siento muy responsabilizado por el inicio del partido, por no haber conseguido que los jugadores entendieran el tipo de partido que teníamos que hacer". También explicó que para el Gran Canaria es difícil traer a un jugador válido a estas alturas, ante las insistentes preguntas de los periodistas al respecto (algunos deben creer que es tan fácil como elegir a un jugador con pasaporte y ya está). Todo esto sin una excusa, sin una mala palabra -que no digo que no las haya en otros casos-, asumiendo su responsabilidad y rematando con un chiste marca de la casa. A través de su cuenta de twitter, el Gran Canaria subió la rueda de prensa íntegra para que pueda escucharse.
  • El nivel del Cajasol de Sevilla, por primera vez en mucho tiempo demostrando en el CID estar acorde con la calidad de su plantilla. Muchas veces critico a Plaza por sus conformistas declaraciones, pero su preparación técnica y lo bien que se adapta a sus plantillas (algo que tiene en común con Maldonado, su cuñado) me parece algo tremendamente encomiable.
  • El rebote ofensivo local, por salvar algo del juego. El Gran Canaria atrapó 15 rechaces ofensivos por 21 defensivos del Cajasol, lo que da idea del daño que hicieron los insulares. El problema es que sacaron poco partido de ello.
Hay quien critica que no jugaran hoy Samuel Domínguez y Alejandro López. Yo soy el primero que apoya la presencia de los jóvenes, pero siempre que sea para que aprendan a competir. Sacarlos en el último cuarto no creo que los ayudara especialmente, dado que el partido estaba resuelto. Dicho de otro modo: valoro más los tres minutos que jugó Samu antes del descanso en Fuenlabrada a los más de 10 que disputó contra el Kazan.

Armando Ojeda vuelve a reflexionar sobre la importancia de la derrota, porque se da en casa y contra un rival directo en la lucha por los play-off. Está claro que es un momento clave de la temporada, sobre todo por la situación de la plantilla, pero con el equipo fuera de la competición europea, ahora quizá vaya para arriba al tener menos viajes, más entrenamiento y más descanso.

El vídeo de la derrota:

Claves contra el Cajasol de Sevilla

No hago previa larga esta vez, pero sí apunto algunas cosas que el Gran Canaria debe hacer para ganar:

En defensa:

  • Controlar el rebote. El Cajasol es el mejor equipo en rebotes de ataque, sus pívots siempre van y con Kirksay en cancha, también el alero. Eso les permite que aun con malos porcentajes esté en el partido.
  • Evitar las faltas. Entre todo lo que va al rebote ofensivo, la preponderancia de su juego interior en ataquey la habilidad de algunas jugadores para forzar faltas, como Bullock, consigue lanzar bastantes tiros libres.
  • Cerrar la zona. El peligro viene claramente desde cerca del aro; en los triples además de ser el cuarto conjunto que menos triples lanza de la ACB, es el tercero con peor porcentaje. Curiosamente, los que serían sus dos principales tiradores, Bullock y Urtasun, están mal desde el 6,75 (32 y 27%, respectivamente). En cambio, los bases, Calloway y Satoransky, están más afinados (40% cada uno).
  • Parar a Bullock. Ya avisa Pedro Martínez que estuvo muy bien en la primera vuelta y justo ahora está en racha: el Cajasol lleva nueve victorias consecutivas en las que Sweet Lou promedia 16 puntos.
En ataque:
  • Participar todos. El Cajasol es un equipo muy buen defensor. Seguro que tendrá atención especial para Carroll y los pívots se interpondrán en su camino hacia el aro. Además, posiblemente lo defienda Satoransky cuando Bullock esté en cancha. Así que se hace necesario que los demás jugadores aporten. Así que tendrán que surgir vías de anotación alternativa para poder competir.
  • Si se consigue el control del rebote, buscar el contraataque debería ser una prioridad. Los pívots sevillanos tienen una clara ventaja atlética, pero en los exteriores posiblemente sea al contrario. Si Green y Jaycee logran correr.
  • Evitar la presión sevillana. En algunos momentos de la temporada, el Cajasol ha presionado de forma muy parecida a como lo hace el Gran Canaria, con muchos 2x1 contra los bases y bastantes defensas a toda cancha. Últimamente los amarillos han resuelto bien esta circunstancia, veremos si se mantiene.
  • Equilibrio interior/exterior. O más bien, pívots/aleros y bases, porque es de esperar que muchos puntos de Wallace y Nelson lleguen desde el perímetro. La aportación equilibrada dificulta la defensa, abre huecos y permite más espacios para Rey, que debe castigar a Davis, muy propenso a cometer faltas.
Será muy interesante ver el duelo entre Rey y Triguero en la zona y el de Carroll y Bullock en el perímetro. Como dice Armando Ojeda en un comentario a una entrada anterior, este encuentro puede ser muy importante pata el devenir de la temporada.

domingo, febrero 20, 2011

Importante derrota de un voluble Gran Canaria en Fuenlabrada

Mainoldi lanza de tres ante el esfuerzo de Jaycee Carroll, que llega tarde a su intento de tapón - ACB PHOTO
Irregular e incosistente, el Gran Canaria cayó justamente en Fuenlabrada (92-81), que se aleja en la clasificación y asesta un golpe importante a las aspiraciones amarillas de estar en play-off. De nuevo con una defensa extremadamente irregular, encajando muchos más puntos de lo habitual y con problemas de concentración de varios jugadores, los insulares se vieron superados claramente durante la mayor parte del encuentro y sólo reaccionaron en el último periodo, cuando era demasiado tarde.

El motivo final de la derrota fue la comodidad con que el Fuenlabrada atacó durante la mayor parte del encuentro, la facilidad para resolver en 1x1 y la variedad de vías que encontró para anotar, incluidos varios contraataques donde se apreció mal balance defensivo isleño. Con 92 puntos en contra fuera de casa, este Gran Canaria no puede ganar. Es cierto que los de Maldonado son un buen equipo ofensivo, pero las facilidades que encontró en varias fases fueron excesivas.

Puede sonar a excusa, sobre todo jugando con un equipo que perdió a mitad de liga a su pívot más importante, pero la baja de Savané se notó mucho. Como ya he escrito, en un equipo caracterizado por la defensa como es el Gran Canaria, un defensor del nivel de Savané -muy listo leyendo el ataque, siempre bien colocado para las ayudas- es de los que da consistencia al equipo. Sin él, se juntan dos factores que están haciendo mucho daño (al menos, ya se vieron en la Copa):
  • el resto de pívots debe disputar muchos minutos -especialmente Wallace- y se les nota en el cansancio y en la falta de piernas para las ayudas defensivas. La diferencia de energía de los pívots cuando entró Biyombo fue patente y tuvo bastante influencia en el juego durante el primer tiempo.
  • Xavi Rey, el único cinco puro disponible, tiene muchísimos problemas para defender cuando sale de la zona, y los equipos contrarios lo están aprovechando. Un dato revelador del partido: con él en cancha, el Fuenlabrada anotó 57 puntos en 22 minutos. Sin él, se quedó en 34 puntos en 18 minutos.
Los de Pedro Martínez jugaron, pero sobre todo defendieron, a ráfagas. Los 8 primeros minutos estuvieron muy mal atrás; luego se recompusieron y tuvieron momentos de buena intensidad. En el tercer cuarto desaparecieron de nuevo y resucitaron en los últimos 7 minutos de partido, en los que se pusieron a siete y tuvieron balón para ponerse a cinco cuando quedaban tres minutos, pero una mala decisión de Bellas lo impidió, y el triple posterior de Mainoldi sentenció.

Apuntes tácticos
Como caracteriza a a ambos técnicos (ya escribí sobre ello), los dos equipos defendieron en individual todo el partido. Laviña hizo una defensa muy agresiva a Carroll, que estuvo fuera del partido en todo momento, y Cortaberría tomó al base cuando salíó a pista, para dificultar el movimiento de balón con su altura. El Fuenlabrada no presionó demasiado a toda cancha, quizá porque no le hizo mucha falta y porque sólo lo hace con determinados jugadores en pista. En todo caso, el Gran Canaria lo resolvió bien siempre, con un sistema preparado para ello.

Los insulares sí ejercieron la presión más veces. En la remontada del último cuarto en la que rebajaron la desventaja en 14 puntos, esa defensa a toda cancha fue muy efectiva y coordinada, con todos los jugadores haciendo el esfuerzo de saltar al 2x1 y corriendo a cortar el pase fácil. La pena es que en los tres cuartos anteriores, la convicción y solidaridad de los amarillos (hoy con vestimenta azul) no fue la misma y los locales la salvaron sin problemas.

El Fuenlabrada de Maldonado
Me gusta tanto cómo juega el Fuenlabrada y me parece tan bien entrenado, que dediqué una entrada específica a alabar el trabajo de Maldonado al frente del conjunto madrileño. Contra el Gran Canaria se vieron muchos de los rasgos que caracterizan el juego del Fuenla: buen movimiento del balón, salida de la presión casi sin usar el bote (excepto en el tramo final, quizá por la relajación ante la diferencia en el marcador) y ganas de correr.

Hubo una jugada que me pareció paradigmática de la filosofía de juego del equipo y del entrenador. En plena remontada grancanaria, con 83-72 a algo más de tres minutos, el Fuenlabrada agotó la posesión sin tirar. Los amarillos habían apretado bien en defensa, pero los locales movieron el balón con criterio y se lo hicieron llegar a Rabaseda, que se equivocó al driblar en lugar de lanzar. En ese momento, Maldonado se levantó y aplaudió a su equipo, porque había hecho bien el movimiento de balón sin precipitarse ni abusar del bote. Son esos detalles los que llevan a un equipo a jugar bien, incluso más allá del resultado.

Lo peor
  • Los bajones de intensidad y concentración del Gran Canaria. Permitir 27 puntos en el primer cuarto, encajar un parcial 20-2 y anotar únicamente 7 puntos (sólo una canasta en juego) en el tercer periodo son rasgos de un equipo sin consistencia, alejado de la seriedad y oficio que necesita un conjunto como el Gran Canaria para poder competir cuando juega a domicilio.
  • Esos bajones los personifican dos jugadores: Green y Rey. Con el base norteamericano en cancha, el Gran Canaria perdió por 21 (lo que habla también del buen partido en general de Bellas, que hizo +10 en la valoración más/menos); con el pívot en pista, la diferencia del Fuenlabrada creció siempre, en todas sus apariciones (y ya cité cómo sufrió en defensa el equipo cuando estuvo presente). Green está teniendo un rendimiento tan bajo que otra vez vuelve a salir como suplente, mientras su defensa sigue haciendo aguas. Rey es, sin duda, el que más saca de sus casillas a Pedro Martínez. Su partido fue tan malo que en los 12 últimos minutos sólo apareció durante 50 segundos para dar descanso a Wallace y Nelson. Su caso es curioso, porque muchos lo destacaban en encuentros recientes, pero me temo que dejan de lado los problemas que tiene para defender el 2x2 que tanto están explotando los rivales.
  • El atasco ofensivo sin la aportación de Carroll. Con Laviña pegado como una lapa (y en su caso, eso implica mucho karate press) buena parte del encuentro, Jaycee estuvo fallón, poco participativo e inusitadamente temeroso de lanzar en varias ocasiones. Tuvo problemas en el bote y no estuvo cómodo en ningún momento. El Gran Canaria lo acusó mucho, hasta que Wallace se hizo con los mandos en ataque, castigó mucho desde el triple y encontró maneras de anotar en el poste bajo y tras rebote ofensivo. Pero gran parte del daño ya estaba hecho.
  • La clasificación tras la derrota y la sensación de vacío sin Savané. El espacio que deja el senegalés es mucho mayor de lo que ocupan sus dos musculosos metros. Sin un recambio fiable que empiece a producir cuanto antes, me temo que el Gran Canaria va a sufrir bastante en lo que queda de temporada para sumar victorias. Y ya tiene a muchos equipos que se van distanciando, como el Fuenlabrada.
  • El doble rasero arbitral. No me quejo, ni mucho menos, de nada relacionado con el Gran Canaria. No creo que fueran significativos sus errores, ni que beneficiaran especialmente a ninguno de los dos equipos. Pero ver cómo permiten a Guardia defender como lo hace y compararlo con el castigo al que sometieron a Biyombo me pareció escandaloso. No es nada nuevo que a los veteranos se les permite más y que a los novatos se les castiga, pero sigue pareciendo una actitud cobarde y que dice poco de los colegiados e incluso de la competición.
Lo mejor
  • La reacción final. Cuando en el tercer cuarto el Gran Canaria estaba 20 abajo y parecía que hasta Pedro Martínez se daba por vencido, el equipo, con Wallace a la cabeza, reaccionó, aprovechó la relajación del Fuenlabrada y siguió luchando hasta el final. Acabar bien es importante y perder de 11 en lugar de 24 (creo que fue la máxima diferencia) deja una sensación diferente en la cabeza de los jugadores a la hora de encarar el próximo partido.
  • El liderazgo de CJ Wallace. No me refiero a su espectacular acierto, sino al hecho de coger las riendas y atreverse a tirar cuando los demás no lo hacían y, sobre todo, a la manera en la que empuja y anima al equipo, hablando mucho con los demás jugadores e incluso con el entrenador. Cuando, en plena remontada y después de haber anotado 10 puntos en 5 minutos, Pedro Martínez lo sentó, Wallace se enfureció. Salió cabreado, hablando mucho, hasta el punto de que uno de los técnicos ayudantes le tuvo que explicar que sería sólo un breve descanso para tomar aire (fueron exactamente 17 segundos de juego, según acb.com). Pero me pareció un rasgo positivo, una demostración de que sus ganas de ganar y seguir jugando le impedían pensar en el cansancio. Verlo hablar y animar en los tiempos muertos no tiene precio. Savané ya tiene relevo como líder del equipo.
  • El debut en ACB de Samuel Domínguez. Jugó los tres minutos que precedieron al descanso cuando Nelson hizo su tercera falta. En ese tiempo es difícil enjuiciar su labor, pero se le vieron buenos detalles: duro en los bloqueos (mucho más que otros jugadores con físicos más rocosos), atento al rebote y a los pases doblados de los bases, con uno de los cuales anotó su primera canasta en un semigancho con la mano izquierda que tan bien maneja. Su capacidad física es todavía escasa -comparar sus hombros con los de Biyombo, que tiene un año menos, es doloroso- pero de Samuel se puede decir que entiende el juego y que se esfuerza siempre. Y eso no es tan habitual en jugadores de su edad. Sólo falta que Alejandro López, que sí comparte esas cualidades, juegue también.
Un canario en el Fernando Martín
No fui el único canario en la cancha fuenlabreña. En realidad, había bastantes seguidores del Gran Canaria, aunque un tanto esparcidos y no se les oyó mucho, pese a que el pabellón tampoco se llenó. Me llamó la atención lo pequeño que es el Fernando Martín, donde me parece imposible que entren 4.000 personas (y mucho menos los 5.180 que aparecen en la estadística oficial). De hecho, lo veo mucho más pequeño que el de Agüimes, por poner un ejemplo. Y el ambiente es más propio de una competición de barrio (dicho esto sin ningún carácter peyorativo). O será que tengo demasiado reciente la Copa del Rey en el Palacio de los Deportes.

Amarga reflexión final
Será que salí pesimista del Fernando Martín, pero estuve pensando que el Gran Canaria hila tan fino cada año para aparecer en play-off que cualquier contratiempo lo desequilibra.

Durante los últimos cinco años, los insulares no habían tenido que afrontar lesiones graves de ninguna de sus piezas principales. Es decir, que es una situación novedosa en la situación económica actual y con Himar Ojeda como director general. Quizá eso sirva para que muchos vean qué difícil es conseguir lo que el Granca logra y qué ajustada está la plantilla para competir en dos competiciones tan duras.

En el vídeo de acbtv.com no creo que se refleje lo que fue el partido, pero se verán los mates de Biyombo y Ayón y la racha de triples de Wallace.

Salva (y sus colaboradores)

Desde que empezó la temporada he seguido al Fuenlabrada, entre otras cosas porque me encanta cómo juega. En su añorado twitter, Pedro Martínez también resaltó que es un equipo que siempre jugaba bien. Además de su capacidad para mover el balón, la intención de correr el contraataque le da un atractivo difícil de ver en la ACB a los equipos del mismo rango. 

Pero por encima de todo, me gusta destacar cómo aprovecha Salva Maldonado y su equipo técnico las cualidades de su plantilla. Que este conjunto sea tan diferente en muchas cosas al mejor Gran Canaria de la historia demuestra que el catalán sabe adaptarse a lo que tiene y sacar rendimiento de distintos tipos de jugadores. Que permita jugar a Valters a su aire, que haya hecho de Cortaberría un jugador tan útil en la ACB y que Rabaseda, Ayón y Biyombo destaquen de esa manera en su primer año en la competición no es casualidad. 

No le darán títulos al mejor entrenador ni estará entre los técnicos de mayor caché, pero hacer del Fuenlabrada actual, con su presupuesto y los infortunios que ha tenido durante la temporada, un equipo de este nivel competitivo es extremadamente difícil. Todavía queda mucha temporada, pero a estas alturas no creo que haya un trabajo técnico de mayor mérito que el suyo y el de sus ayudantes, a los que añado en el título para reconocer su importancia, muy olvidada en el baloncesto español.

sábado, febrero 19, 2011

Fuenlabrada, Cedevita Zagreb, Ale López y otras cuestiones del Gran Canaria

Dos semanas, un cambio de residencia y de trabajo, una Copa del Rey vivida desde dentro y un ordenador nuevo después, vuelvo al blog. Hago comentarios sueltos desde lo más actual hasta lo más antiguo en el tiempo transcurrido:

  • La visita a Fuenlabrada es uno de esos puntos que se me antojan decisivos en la temporada. No sólo porque de ganar los locales casi seguro que se quedarán con dos victorias por encima y el average, sino porque ahondará en la sensación de que con la ausencia de Savané es mucho más difícil ganar.
  • Precisamente el equipo de Salva Maldonado sufrió para volver a ganar sin Batista tras su traspaso relámpago al Baskonia. Estuvo tres jornadas de liga sin ganar. El Gran Canaria lleva dos encuentros perdidos sin el capitán, que si bien no tiene la misma importancia que Batista en ataque, sí que es fundamental en defensa y en espíritu.
  • No voy a hacer previa analizando al Fuenlabrada porque queda poco para el encuentro, pero sí me gustaría destacar algunas cosas de su juego:
    • Su movimiento de balón, que me parece el mejor de la competición. Y los números demuestran que su ofensiva se apoya en la capacidad de pase.
    • Durante la temporada han tenido rachas de acierto desde el triple de todos los colores. Desde grandes actuaciones a partidos nefastos (sobre todo a principios de liga). Creo que se han estabilizado y no sólo están algo por encima de la media de la competición sino que en porcentaje de tiro verdadero (una medición del acierto en tiros de campo que da más valor al triple) son los cuartos de la ACB. En esta estadística tiene mucho que ver su buena selección de tiro y la capacidad de pase comentada.
    • Sin Batista, quizá uno de los factores que más se verá afectado es su capacidad de forzar faltas e ir a la línea de tiros libres. Ninguno de sus hombres altos son jugadores que amenacen en el 1x1 de espaldas; tanto Ayón como Biyombo hacen mucho más daño encarando el aro de frente, en continuaciones o atacando el rebote ofensivo. Por lo que hemos visto últimamente,
    • La baja de Valters probablemente la cubrirá Kus dando el relevo a Colom en la posición de base. Esperemos que el Gran Canaria aproveche esta debilidad presionando mucho a los bases fuenlabreños, para lo que se requiere un salto muy grande en el nivel de intensidad defensivo de Taurean Green respecto a sus últimas actuaciones. No sé si con la baja de Valters hay posibilidades de que Guigou se vista de corto con los mayores y se acabe enfrentando a su amigo Ale López, pero sería curioso.
    • Una cosa buena de vivir en Madrid desde hace 8 días: mañana estaré en el pabellón, ya que no se televisa.
  • El martes pasado, el Gran Canaria enterró bastantes de las posibilidades de pasar de fase en la Eurocopa al perder en casa frente al Cedevita Zagreb (86-89). No vi el partido, pero todo el mundo habla de un encuentro similar al de ida, con los croatas acertando de nuevo mucho desde el 6,75, tanto que anotaron 18 triples. Armando Ojeda la cuenta muy bien en su blog.
  • Al parecer, muchos de los triples llegaron tras penetraciones del base mal defendidas, igual que en el partido disputado en Zagreb, una cuestión que ya critiqué ese día. No es que me desdiga, porque sigo pensando que se puede hacer más (desde la cancha y desde el banquillo), pero me gustaría repetir algo que hablaba con mi ex compañero de asiento en el CID: Es muy difícil que un equipo que tiene la defensa de ayudas tan interiorizada, que la practica tan bien y le da tan buenos resultados generalmente, la abandone por una situación concreta durante un partido. Cambiar el chip para dejar de hacer ayudas o defender de formas diferentes es mucho más complejo de lo que parece, sobre todo cuando es una apuesta tan fuerte del cuerpo técnico que es el ejercicio más repetido en todos los entrenamientos. Por eso entiendo las declaraciones de Pedro Martínez al acabar el encuentro, en el que decía que era muy difícil jugar contra un equipo que tira (y mete) tanto de tres.
  • Contra el Zagreb jugó tres minutos Samuel Domínguez, de cuya presencia en cancha en ACB me enteré únicamente por la estadística, como si fuese un hecho que ocurriera frecuentemente (aunque es verdad que ya había jugado en la fase previa de la competición). No sé cuánto tiempo seguirá en la plantilla, porque parece que a Himar Ojeda le está costando encontrar un sustituto (supongo que por las apreturas económicas que debe tener el club). A ver si Samuel tiene otra oportunidad en Fuenlabrada y qué tal responde, porque creo que Biyombo afrontaba un caso similar (aunque su físico le daba mucho mayor recorrido a priori) y su buen rendimiento fue lo que hizo que Maldonado apostara por él. Bueno, eso y las penurias económicas propias de los fuenlabreños.
  • Quien tiene más difícil jugar es Alejandro López. Su llegada al equipo se debe, como preveíamos, a que el Gran Canaria busca a un comunitario y necesitaba rellenar su plantilla con otro seleccionable para suplir el cupo que representa Savané. Pero también es cierto que si no hubiese mostrado el excelente nivel competitivo que se le ha visto en la media temporada que lleva en LEB, el Granca no se habría decantado por esta solución. Ya he escrito mucho por aquí sobre él, sobre todo tras verlo el año pasado varias veces, y siempre he alabado que a su intensidad defensiva -apoyada en buenas condiciones físicas- une, sobre todo, una concentración absoluta durante todo el partido. También creo haberle visto cierta mejora en su visión de juego y capacidad de pase. Ojalá tenga minutos y los aproveche.
  • Estuve en la Copa por primera vez como espectador, gracias a Tolkas y a unos malagueños (Manolo, Rafa y Paco) a los que les sobraba una entrada y que se convirtieron en fenomenales compañeros de asiento. El Gran Canaria bien, gracias. Hizo un papel digno y se ganó una vez más la simpatía de los aficionados, tanto el equipo ACB contra el Madrid como el infantil en la Minicopa. Juan Pedro Borrego y Armando Ojeda estuvieron allí también y escribieron más al respecto en sus blogs.

domingo, febrero 06, 2011

Vuelve el Gran Canaria de las grandes ocasiones para vencer al Baskonia

Jaycee Carroll lanza a una mano el tiro decisivo ante la defensa de Huertas. Foto tomada de la web oficial del Gran Canaria
El Gran Canaria de las grandes ocasiones, el que demuestra esfuerzo, sacrificio y solidaridad en defensa aunque no esté bien en ataque, reapareció en el CID -cómo no- para derrotar al Baskonia (70-68) con una tremenda canasta de Carroll en el último ataque amarillo y un fallo posterior en el triple desesperado de San Emeterio.

Más allá del resultado -que se me antoja importantísimo para seguir en la lucha por la octava plaza-, es pertinente resaltar que los amarillos recobraron las virtudes que los hacen tan temibles en la isla, incluido el enfervorecido apoyo del público.

Defendiendo como lo hicieron -salvando el segundo cuarto-, luchando por cada balón sin tener en cuenta el acierto o desacierto ofensivo, el Gran Canaria se convierte en un equipo muy incómodo, contra el que hay que jugar bien y tener puntería para ganar. Y al Baskonia le faltaron ambas cosas casi siempre, sobre todo tras el descanso, por eso cayó en el CID por segundo año consecutivo.

La peor de las bajas
La alegría del triunfo, de la reconciliación con los valores del equipo y el apoyo del público se vio teñida de negro con la noticia de la lesión de Savané. A falta de más pruebas, todo apunta a que (actualizado) Se confirma que es una rotura del tendón de Aquiles y que se va a perder lo que queda de temporada. Su importancia en el equipo es muy grande, mucho más de lo que dicen los números, y no se limita al juego, sino que es todavía más trascendental en el vestuario.

Momento de la retirada de Savané, que sale apoyándose en el el fisioterapeuta del Gran Canaria. ACB PHOTO
Taph escenifica los citados valores mejor que ningún otro y ejerce de líder del equipo. En la rueda de prensa tras el partido, Pedro Martínez dijo que la charla del senegalés en el descanso, cuando ya sabía la gravedad de su lesión, fue lo que motivó al resto de jugadores, que se merendaron al Baskonia en ese periodo (28-15).

Habrá que esperar para ver si se confirma su baja, si la situación del club permite incorporar a otro jugador y si Himar vuelve a obrar el enésimo milagro con el fichaje, por difícil que sea llenar el vacío que deja Savané.

Ataques extraños y dependencia del triple
Hubo varias fases del partido en los que no parecía que se enfrentaron el campeón y el octavo clasificado de la pasada liga ACB. Los tres últimos minutos del primer cuarto se completaron sin puntos, con malos tiros, ataques precipitados y pérdidas de balón. No hubo siquiera el tiempo muerto de rigor, porque no se paró el juego.

En esos 10 minutos, el Baskonia lanzó el triple de veces de 3 (2/12) que de dos (1/4). En el segundo cuarto también tiró más desde el 6,75 (5/10) que cerca del aro (4/8), pero el acierto -y su buena defensa- le permitió endosar un parcial de 14-29.

En todo el segundo tiempo, los de Ivanovic sólo encestaron un triple más, buscaron mucho más a Batista y su cansancio no les permitió defender con la misma eficacia a Carroll. Pero la peor noticia para los vitorianos creo que debe se la falta de control del juego, la dispersión que sufrieron en ataque durante los minutos importantes del último cuarto, con un Marcelinho Huertas desconocido y muy errático en la toma de decisiones y en la dirección de juego.

La eterna carga de los minutos finales
Pese a la buena sensación general -segundo cuarto al margen- que deja el partido del Granca, es necesario reconocer que los ataques definitivos, más o menos los últimos cuatro minutos de encuentro, estuvieron mal jugados.

Green volvió a dar muestras de su pobre estado de forma y de sus problemas tomando decisiones -un triple mal tiro y una pérdida de balón fácilmente evitable- y el resto de jugadores, con Carroll marcado muy de cerca, no estuvo fino para sentenciar el partido. Por un momento, reaparecieron los nervios, pero una tremenda canasta de Jaycee al filo de la posesión (yo diría que fuera de tiempo, de hecho, a falta de verla repetida) le sirvió para alejar los fantasmas de la derrota frente a Alicante.

El postrero error en el triple de San Emeterio estuvo demasiado cerca de entrar y creo que hubo cierta relajación o pérdida de concentración de los locales, o quizá miedo a la falta.

Lo mejor
  • La recuperación de las sensaciones como equipo tras una mala racha. Volver a ver al equipo corajudo, insistente, intenso y concentrado da esperanzas a la afición ante lo que queda de temporada. Es más, genera una corriente positiva de opinión sobre el equipo incluso con resultados negativos. Yo hubiese escrito más o menos lo mismo de haber entrado el triple final visitante (con más énfasis en la mala gestión de los ataques finales, lo reconozco).
  • La defensa amarilla durante gran parte del encuentro. Salvando el segundo cuarto, los locales estuvieron muy bien atrás, con muchas ayudas y permitiendo muy pocas canastas fáciles. Bramos estuvo inmenso atrás en el segundo tiempo y acabó con cuatro recuperaciones.
  • El nivel del juego interior pese a la baja de Savané. Tanto en defensa como en ataque. Wallace y Rey llevaban casi dos tercios de los puntos del equipo al descanso; luego, junto a Nelson, supieron sacrificarse atrás para impedir las penetraciones visitantes, defender a Batista y cerrar el rebote. Su actuación fue determinante por encima de lo que dicta la estadística.
  • La reacción en el segundo tiempo. Existe cierta creencia en muchos aficionados amarillos que el tecer cuarto suele ir mal. En esta ocasión fue todo lo contrario: los locales desarbolaron al campeón de la ACB, con un Carroll sobresaliente y un gran esfuerzo en defensa, mucho más metidos en el partido que su rival.
Lo peor
  • La lesión de Savané, sin ninguna duda. Ya describí su importancia y creo que volveré sobre ello en una entrada monográfica la semana que viene. Cuando se me pase la euforia del triunfo de hoy.
  • La dependencia ofensiva de Carroll y la mala gestión de los ataques finales. El escolta mormón anotó 22 de los 43 puntos locales en el segundo tiempo. Los últimos cuatro minutos del partido fueron una sucesión de ataques locales buscando a Carroll casi con el mismo sistema de juego. Tras la exhibición de Jaycee en el tercer periodo, la defensa vitoriana estuvo mucho más pendiente y se sucedían las ayudas, lo que dificultaron el juego del escolta. Y el Gran Canaria no encontró otras soluciones, en parte por la falta de movimiento de los jugadores sin balón, en parte por el abuso del bote y la indecisión en la dirección de Taurean Green. El base hizo de nuevo un partido horripilante y la pérdida de balón cerca del final pudo ser definitiva.
  • Las dificultades en la defensa de los triples. Durante el segundo cuarto, los exteriores baskonistas empezaron a meter un triple tras otro, casi siempre tirando muy liberados, con tiempo y espacio. Fue un periodo que recordó a las dos últimas derrotas del Granca, aunque hay que precisar que los vitorianos cuentan con muchos jugadores capaces de anotar de tres (siempre juega con ala-pívots tiradores) y que mueven el balón muy bien, castigando las segundas ayudas de los locales. Por suerte, su puntería no se mantuvo. Y Teletovic no apareció (5 puntos, 2/11, 0 de valoración en 24 minutos), para aquellos que siempre tiemblan cuando viene el bosnio.
No soy muy dado a la prospectiva, pero sospecho que esta victoria puede ser muy importante. A corto plazo, porque genera más ilusión en la afición -y más atención en los medios- ante la llegada de la Copa del Rey. A medio, porque refuerza la sensación de fortaleza en el CID, que va a acoger varios partidos fundamentales en lo que falta de liga y Eurocopa. Y a largo plazo porque la baja de Savané es vital, pero hay varios ejemplos en los que los equipos crecen a raíz de algún infortunio, que acaba uniendo más a la plantilla.

En cualquier caso, llega la Copa del Rey. Hora de disfrutar el espectáculo.

Se me había pasado el vídeo de acbtv. Aquí lo añado:

miércoles, febrero 02, 2011

Un irreconocible Gran Canaria tira el partido en Zagreb por su falta de intensidad

Imagen de Savané tirando a canasta frente a un defensor del Cedevita Zagreb
Un Gran Canaria irreconocible, defensivamente muy flojo y poco fiel a los que han sido sus principios básicos en los últimos años (esfuerzo, concentración, solidaridad), cayó en Zagreb (114-110) tras una prórroga después de dejar escapar una ventaja de 9 puntos a seis minutos del final (6 a poco más de minuto y medio) y con un sinfín de errores defensivos en el último minuto y medio del último periodo.

Tras permitir que el Cedevita Zagreb anotara 96 puntos, en lo que sospecho debe haber sido una versión acentuada del encuentro disputado en Zaragoza, y empatara in extremis por no cerrar el rebote defensivo, los insulares desaparecieron prácticamente en los tres primeros minutos de la prórroga, donde cometieron los mismos errores defensivos una y otra vez para acabar cediendo. Y, lo que es peor, sin dar la sensación de querer darle la vuelta al encuentro, sin una presión defensiva decidida ni ataques rápidos, con la misma estructura de equipo y de juego que en los 43 minutos anteriores, pero con desventajas de hasta 7 puntos.

Puede parecer que no valoro el acierto del Gran Canaria. En gran parte, así es: después de ver la semana pasada el Cedevita-Unics, ya escribí que la defensa de los croatas era muy mala y que Lyday y compañía sólo tuvieron que emplearse a fondo atrás durante el tercer cuarto para llevarse la victoria.

Yo esperaba una reacción similar de los amarillos, pero no llegó. A pesar de ir casi todo el encuentro por encima en el marcador, la salida de Green en el último cuarto coincidió, una vez más, con un ataque menos fluido y, sobre todo, una defensa blandísima por momentos que permitió a los croatas acercarse y, peor aun, creer en la victoria.

Diluido como un azucarillo, desprovisto de sus citadas señas de identidad, el Gran Canaria -sobre todo jugando a domicilio- carece de la calidad técnica, las facultades físicas o la inteligencia en la cancha suficientes para plantar cara a muchos equipos de la Eurocopa y a casi todos los de la ACB, por fuerte que suene. Cuanto antes se den cuente todos los jugadores (seis de ellos son nuevos y para más de la mitad de la plantilla esta es la primera vez que disputan dos competiciones, no hay que olvidarlo), antes serán conscientes de que su esfuerzo y concentración no puede caer de la manera que ha caído en los dos últimos partidos.

Apuntes tácticos
Como digo, no valoro mucho el acierto del Gran Canaria, pero sí me gustó bastante cómo atacó la zona 2-3 de los croatas casi en cada ataque. Tanto con Green como con Bellas, los insulares ocuparon muy bien los espacios, se movieron sin balón adecuadamente y en muchas ocasiones supieron hacer llegar el balón al ala-pívot a la altura del tiro libre, donde más daño se le hace a este tipo de defensas.

Me pareció muy interesante que algunos ataques se resolvieran con triples desde la esquina, otros con tiros del ala-pívot desde el 4,60 o incluso más adelantado y algunos más con pases al pívot cerca del aro. Es decir, que hubo variedad de recursos y se ejecutó bien, aunque hay que ser conscientes de que tampoco en la defensa zonal eran los croatas un equipo intenso atrás.

El Gran Canaria también defendió en zona en algunos momentos, supongo que con la idea de variar el ritmo defensivo que estaba permitiendo tanta anotación croata. Pero el remedio fue casi peor, porque los tiradores locales estuvieron finos desde el 6,75 y encontraron muchas posiciones demasiado cómodas. En el segundo tiempo volvió a aparecer fugazmente la zona amarilla, sin mayor incidencia.

Otro apunte defensivo: la presión sobre el base -o el jugador que suba el balón- que acaba en 2x1 a mitad de cancha fue probablemente la más floja y menos coordinada de la temporada. Nunca hubo una rotación ágil de la segunda ayuda (el jugador que debe vigilar el pase fácil al atacante que ha quedado libre al realizar el 2x1 defensivo) y la recuperación de los pívots -cuando eran éstos quienes presionaban- fue muy lenta todo el partido. Pero no fue sólo un problema de intensidad, sino, sobre todo, de convencimiento, de creer en la decisión de presionar y de ayudar a los compañeros que arriesgaban en esa presión.

Final de partido
No voy a abundar en los problemas que tiene el Gran Canaria para cerrar partidos que tiene relativamente controlados cuando juega a domicilio. Ha habido varios ejemplos esta temporada y es una cuestión que se remonta al año pasado.

Pero sí me voy a repetir en los problemas defensivos contra el pick&roll entre base y pívot, porque fue la clave que permitió la victoria croata. Escribía el otro día que ese 2x2 es la peor situación para Rey, que ni cierra bien el camino al base ni recupera con la velocidad suficiente hasta alcanzar a su defensor. La última jugada en Zaragoza fue así y acabó con un mate comodísimo de Chubb.

En esta ocasión, además de Rey estuvo muy mal en casi todas las defensas Taurean Green, cuyo nivel de intensidad defensivo fue bajísimo (como lo lleva siendo de un tiempo a esta parte, después de un inicio de liga esperanzador en este aspecto). Con tantos problemas en ese 2x2, CJ Wallace se vio en muchas ocasiones teniendo que ir a cerrar el camino al pívot y dejando libre a su par, un entonado Damjan Rudez, que encestó tres triples consecutivos casi idénticos en la prórroga. Antes había sido Troha el ejecutor, pero el desarrollo de la jugada había sido prácticamente la misma.

Una frase que repito mucho en este tipo de partidos es que la primera vez es culpa del jugador y la tercera, del entrenador. Las soluciones desde el banquillo para parar una jugada tan sencilla fueron inexistentes. No se cambiaron las asignaciones defensivas, no se ideó otra estrategia contra el pick&roll y sólo cambiaron los jugadores protagonista con el partido resuelto. En un partido como éste, donde la intensidad y el carácter parecían estar ausentes, no sé si había mucho margen para que el cuerpo técnico insular encontrara un revulsivo, pero tampoco me pareció que se intentara nada diferente.

Lo que queda de Last16
La derrota, con todo, no es definitiva, ni mucho menos. Ganando todos los partidos de casa y salvando el average en su visita al Hemofarm -ambos objetivos complicados, evidentemente-, el Gran Canaria pasará segundo de grupo y llegarán a los cuartos de final para luchar por un puesto en la Final Four, que al parecer se va a celebrar en Treviso.

Pero si evaluamos de manera global el rendimiento del equipo, el Gran Canaria sólo ha ganado uno de los últimos cinco encuentros (aunque tres los haya disputado fuera), ha dejado mala impresión en los dos últimos -al menos, muy alejada del equipo luchador al que nos tiene acostumbrados- y está mostrando una y otra vez su debilidad cuando juega como visitante.