¿Qué lleva a un equipo que vence en 10 de sus primeros 22 partidos a transformarse y ganar 11 de los últimos 12? ¿Puede la estadística ayudar a explicar la tremenda racha victoriosa del Gran Canaria en el último tramo de liga? Analizando los números más allá de cifras por partido se pueden extraer algunas conclusiones.
Eficacia ofensiva: puntería y agresividad
Estamos cansados de oír que el ataque gana partidos y la defensa gana campeonatos. Desde el punto de vista estadístico, lo de la defensa está por demostrar, pero si algo ha quedado patente en la racha victoriosa del Gran Canaria es que atacando mejor se gana más.
Parecería extraño otras temporadas, pero este Gran Canaria acaba la liga regular como el cuarto equipo con más eficacia ofensiva, detrás únicamente de Madrid, Baskonia y Bilbao.
En sus últimos 12 encuentros, los insulares mejoraron la eficacia de su ataque en 13 puntos por cada 100 posesiones –algo más de 9 por encuentro-, gracias principalmente a la puntería desde el 6,75 (del 34,2% al 40,8% en tiros de tres) y a la agresividad ofensiva, que le llevó a anotar hasta tres veces más por encuentro desde la línea de tiros libres.
Deseo, ganas… y más agresividad
La misma agresividad que lleva a forzar más tiros libres –algo que en temporadas anteriores había costado mucho- ha permitido al equipo dirigido por Pedro Martínez arrollar en el rebote ofensivo a sus rivales.
Con una plantilla de capacidad física y atlética limitada, sobre todo en comparación con los equipos que lo acompañan en el play-off, el Gran Canaria ha sacado partido de los rechaces en aro contrario gracias a su deseo y sus ganas.
Así, en los últimos 12 partidos, el Gran Canaria ha atrapado el 45% de los rebotes en el aro rival, con partidos especialmente significativos como el del Valencia o Unicaja de Málaga.
Indicadores del buen juego
Sin quitar mérito a las victorias, lo que más llama la atención del Gran Canaria reciente es su capacidad para jugar bien, para alegrar al espectador.
Con cierta flexibilidad de interpretación, existen algunos parámetros que permiten medir eso tan etéreo que es el buen juego. Un indicador habitual es el porcentaje de canastas de un equipo que viene precedido de una asistencia, como factor evaluador del movimiento de balón.
Los amarillos pasaron de conseguir el 41% de sus canastas tras asistencia al 44%, un crecimiento que si bien no es excesivo, sí da pie a comprobar que en muchas de las últimas victorias, el Gran Canaria consiguió 3 de cada 5 canastas tras buen movimiento de balón.
¿Pero no era la defensa la especialidad de este equipo?
En el balance estadístico de la primera vuelta, destacaba especialmente el rendimiento defensivo del Gran Canaria. Que ahora lo que despunte sea su ataque no quiere decir que haya olvidado el esfuerzo para proteger su aro, ni mucho menos, aunque su eficacia defensiva no sea tan alta.
Hay dos datos que así lo atestiguan. Primero, el Gran Canaria es el que menos posesiones concede a sus oponentes. Teniendo menos balones, los rivales sufren más para anotar. Segundo, los amarillos son el cuarto equipo de la liga que en peor porcentaje de tiro verdadero (un parámetro que ajusta el valor del triple) deja a su oponente, y el tercero que más reduce la puntería triplista de sus adversarios.
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