sábado, mayo 05, 2012

La dificultad de jugar sin acierto en el tiro (sobre cómo afectó la falta de puntería al Gran Canaria)

Con la tranquilidad que da la salvación, me centro en los problemas que ha tenido el Gran Canaria en el tiro exterior y cómo ha afectado a su juego de manera global. Merece la pena rescatar un dato: no sólo registra la peor media anotadora de la competición, sino que la diferencia con el siguiente equipo, el Alicante, es casi de 3 puntos por partido. He escrito tantas veces sobre los males en la temporada que no voy a extenderme en ellos. Más bien, es interesante comprobar cómo se relacionan, aunque sea en un acercamiento algo ligero.

Si un partido muy fino en San Sebastián no lo remedia, el Gran Canaria va a acabar la temporada por debajo del 30% en tiros de tres puntos. En los últimos 8 partidos, el balance es de 47/193, un paupérrimo 24%. Sólo contra el Zaragoza se superó el 30%. Eso sí, en los últimos cuatro encuentros se lanzó bastante menos desde el 6,75.


El huevo y la gallina o los espacios y el acierto

En baloncesto es frecuente escuchar que los interiores deben anotar (o hacer daño en el rebote ofensivo) para obligar a las defensas a cerrarse y liberar espacios para los tiradores. Pero también se dice lo contrario, que cuando los tiradores meten, es más difícil que los exteriores ayuden en la defensa a los pívots y esto deja más espacios.

En la temporada del Gran Canaria, la falta de puntería ha acabado siendo tan exagerada, que en la segunda vuelta casi todos los equipos han podido proteger su aro a costa de permitir los triples. Como explico (y reflejo gráficamente más adelante, incluso con buen movimiento de balón y posesiones bien jugadas para terminar con lanzamientos claros, los jugadores insulares han sido incapaz de anotar.


Tiradores poco fiables y rachas contagiosas

A principios de temporada, comentando la confección de la plantilla, muchos estimábamos cierta pérdida de amenaza exterior, sobre todo por el cambio entre CJ Wallace y Palacios (esperábamos que Butler y Haynes suplieran a Jaycee, ilusos de nosotros). Pero, desde luego, nadie esperaba tamaño fiasco, ni la desaparición de Green (un pésimo 15% en triples en sus 14 partidos), ni la ineficacia de los sustitutos de Butler (5/17 entre Tucker y Dowdell, un 29%).

Sabíamos que Bramos y Beirán son buenos tiradores aunque algo irregulares, pero esta temporada han estado muy desacertados (del 38 al 33% el norteamericano; del 43 al 29% el madrileño). Bellas ha mejorado respecto al año anterior, pero, igual que Óscar Alvarado, no alcanzan el 30% de acierto, como tampoco lo hacen los recién llegados, Palacios y Haynes.

En suma, si bien individualmente este año ninguno ha destacado, en la temporada anterior habían demostrado que pueden estar mejor. Creo que la falta de confianza ha ido apoderándose de ellos, los nervios por la situación del equipo acabó afectándoles y la dinámica negativa se ha extendido. Estoy convencido de que casi todos los que se queden el año que viene tendrán mucho más acierto.


La falta de alternativas

Con defensas rivales permitiendo el tiro cada vez más, el Gran Canaria fue cayendo en una espiral de desacierto ofensivo y de mal juego que llevaba, paradójicamente, a lanzar de tres mucho más de lo esperado. Por eso la falta de puntería ha afectado tanto: pocas veces se ha conseguido encontrar alternativas.

En algunos encuentros, los desequilibrios que plantea la movilidad y recursos de Spencer Nelson sí ha sido aprovechada. Contra el Joventut, por ejemplo; o en el primer tiempo del partido contra Estudiantes, por citar dos ejemplos recientes. También se ha visto por momentos que Rey o Savané son capaces de ayudar con algún 1x1 en el poste bajo, aunque de manera poco constante; quizá el catalán sí ha sido más importante en el rebote ofensivo. Con todo, el juego cerca de canasta no ha sido una fuente de anotación consistente esta temporada.

Tampoco lo han sido los contraataques, las penetraciones de los exteriores ni, como repito tanto, los tiros libres. La falta de agresividad en ataque y de voluntad de correr ha lastrado durante gran parte de la temporada al Gran Canaria. En los últimos encuentros al equipo se le ha visto más mentalizado de la necesidad de sacar partido de las penetraciones y de la necesidad de correr. Pero no ha habido suficiente continuidad, no se ha conseguido que estas variantes suplieran la falta de acierto en el tiro.

Entonces, ¿hay solución para el año que viene?

Como casi todos los años, la remodelación de la plantilla va a ser profunda. Sé que los responsables técnicos del club intentarán atraer a tiradores más fiables para el año que viene, incluso aunque Himar Ojeda no consiga amarrar a un mirlo blanco anotador del calado de English o Carroll. La cuestión es saber si en una racha tan negativa como la de este año van a ofrecer una buena respuesta, algo que ninguno de los tiradores actuales ha tenido - al menos, no de manera continuada.


Algunas muestras

Añado algunas imágenes (capturadas de acb360, de calidad escasa) de los partidos. Todas ellas tienen dos características comunes. La primera es la enorme distancia que separa al tirador de su defensor (o, en el caso de que la distancia no sea tan grande, la permisividad defensiva), marcada en rojo por mí. La segunda es que son todo fallos en lanzamientos, como se ve, bastante fáciles y bien seleccionados.










El partido contra el Valladolid me parece paradigmático. Con los pucelanos refugiados en una endeble zona 2-3 bastante cerrada sobre su aro, el Gran Canaria dispuso una y otra vez un movimiento de ataque sencillísimo que desarmaba la defensa visitante: un bloqueo del pívot a un exterior para que los aleros -normalmente Bramos o Haynes- lanzaran con comodidad desde la esquina. La última imagen es una reflejo de esa jugada. Y de su resultado final: fallo en un tiro fácil.

Casi diría que es la estampa más vista esta temporada. Que ya acabó, por fin.

No hay comentarios: