Aun así, la despedida de la afición fue igual de alegre que si el Granca hubiese ganado, con algunos momentos tremendamente emotivos para aquellos jugadores y técnicos de cuya continuidad se duda o que será difícil retener.
Para balances de temporada habrá tiempo; de momento, tengo poco que añadir a la de Pedro Martínez. De momento me centro en analizar cómo influyeron los aspectos que señalé como claves en la eliminatoria, considerando también el primer partido en Vitoria (que terminó 86-82):
- La defensa del Gran Canaria no ha podido con el acierto vitoriano. Que los de Ivanovic hayan acabado con 86 y 93 puntos, con un espectacular 60% en tiros de tres, refleja las dificultades que tuvieron los insulares. El movimiento de balón del Baskonia, con cuatro hombres abiertos, dificultó que las ayudas del entramado defensivo isleño llegaran a tiempo (más al respecto después). Eso sí, el equipo continuó siendo valiente, presionando en todo el campo tras tiro libre y practicando en algunos momentos el 2x1 contra el base rival. El Gran Canaria perdió, pero mantuvo su identidad hasta el final.
- Los suplentes -sobre todo- no mantuvieron el nivel. Si la contribución colectiva había sido una de las claves en el exitoso ataque grancanario durante los últimos meses, en este play-off faltó el apoyo de varios jugadores del banquillo. También descendió el nivel de otros que venían haciéndolo muy bien últimamente, como la pareja de bases (sin que haya que culparlos de nada).
- El control del rebote fue para el Baskonia claramente. El Gran Canaria no logró hacer daño en el rebote ofensivo como sí se lo hizo a Valencia y Unicaja, mientras que en algunos momentos sí sufrió en el aro propio. Es cierto que los vascos no sacaron un rendimiento exagerado a su contraataque, pero en algunos instantes de ambos partidos pudo soltarse, correr y anotar canastas fáciles. Si, como decía Pedro Martínez en el libro sobre sus ideas que escribió Julián Felipo, los partidos los ganan los equipos que más canastas fáciles anotan, está claro que este fue un factor fundamental para la victoria del Baskonia.
- Relacionado con anotar fácilmente: hubo un claro desequilibrio en tiros libres. La diferencia en el primer partido fue muy grande; en el segundo estuvo más equilibrada. Pero en cualquier caso el Baskonia consiguió ir muchas veces a la línea (algo que no ha hecho especialmente bien durante la temporada) y al Gran Canaria le costó. Tiene más razón que un santo Pedro Martínez cuando dice que su equipo pierde porque juega contra equipos muy buenos que reciben muy buenos arbitrajes.
- Lo más importante, como el propio técnico catalán reconoció también, es que el talento del Caja Laboral es enorme y su plantilla tiene tantos jugadores de calidad que el día que Teletovic está mejor defendido aparece Oleson; que si Ribas no está especialmente acertado siempre tienen a San Emeterio y que aunque Batista no parece el mismo que el del Fuenlabrada siempre tienen a Barac. Competir como lo ha hecho el Gran Canaria contra una plantilla de este calibre -y recién reforzada, encima- tiene mucho mérito. No deberíamos olvidarlo por más que se repita todos los años.
- En el partido de Vitoria percibí cierta sensación de temor al error que no me gustó. Hubo varias ocasiones, cuando más se acercaba el Gran Canaria, en que los jugadores amarillos parecieron atenazados, cometieron errores un tanto infantiles (unos dobles en un contraataque claro; una bandeja sencilla sin mayor oposición; dos tiros libres consecutivos errados), aunque me quedo con la concentración que tuvo el equipo para rehacerse y seguir compitiendo.
Cuestiones tácticas
Decía que el Granca tuvo problemas para hacer funcionar su defensa colectiva gracias a la facilidad para moverl el balón y la constante amenaza del Baskonia (que siempre junta al menos cuatro potenciales tiradores de tres).
En la mayoría de ocasiones, los de Ivanovic comenzaron su ataque con un 2x2 en el centro entre un exterior y Barac, de tal modo que la salida del pívot grancanario para cortar el paso al exterior baskonista dejaba solo -aunque fuera un instante- al pívot croata a 4 metros del aro. Siempre que el balón le llegó en esa situación, Barac hizo mucho daño, bien penetrando hacia el aro, bien tirando o incluso buscando a otros tiradores, porque la ayuda defensiva del Gran Canaria dejaba al pívot de 2,16 metros emparejado con el último hombre de la defensa, generalmente el base o el escolta.
A priori parece sencillo corregir esta situación: basta con evitar que el pívot realice el flash defensivo, especialmente si se trata de Rey, al que le cuesta recuperar su posición. En la práctica, cambiar esos automatismos, que tanto cuesta adquirir y que tan bien han funcionado durante la temporada, es mucho más difícil de lo que parece. Creo, incluso, que no es una opción que los técnicos amarillos contemplaran.
En el primer partido, las ayudas de los insulares dejaron varias veces a Teletovic solo en los triples, y bien que lo aprovechó el bosnio, que parece tener alguna cuenta pendiente con el Gran Canaria. También en ese caso se podría evitar darle tanto espacio renunciado a que su defensor realice ayudas, igual que el Baskonia hizo con Carroll (siempre Oleson o Ribas encima de él, muchas veces cara a cara, intentando negarle el balón).
Pero, posiblemente porque la capacidad atlética y la altura de los vitorianos es netamente superior y el talento del resto del conjunto amarillo no alcanza las cotas de los equipos de Euroliga, Ivanovic sí se puede permitir que el resto del quinteto defienda sin las ayudas de un jugador, mientras que Pedro Martínez no puede. Cuestión de plantillas, otra vez.
Los 5.000
Después de perder por 17 puntos y de recibir un parcial escandaloso en el último cuarto (17-32) de la temporada en casa, el reconocimiento de la afición que acudió al CID fue sencillamente espectacular. Por mucho que describa la sensación que tuve al verlo y la envidia que sentí por no estar en mi asiento felicitando al Granca, no hay nada más esclarecedor que el vídeo publicado en youtube por un aficionado. A Carroll ni siquiera se le oye por los gritos de "MVP":
Y todavía más sobrecogedor me resultó que Jim Moran -que ha rayado a gran altura en el playoff- se acercara a la rueda de prensa de Pedro Martínez (que se estaba emitiendo en directo) y le explicara al técnico que los jugadores querían que los acompañara en la celebración. Al final de este vídeo se ve el instante en que el técnico se dirige a la afición.
Creo que nunca había visto al técnico catalán tan emocionado y tan visiblemente alegre como se muestra en la imagen.