domingo, marzo 25, 2012

El Granca prolonga su racha a costa del Fuenlabrada y salva el average

Michael Bramos, escolta del Gran Canaria, en acción de tiro - ACB PHOTO
Tercera victoria consecutiva del Gran Canaria, por primera vez en la temporada, a costa del decaído Fuenlabrada (70-65). Los amarillos superan en el número de victorias a su rival de este domingo (que tiene un partido menos) y logran salvar la diferencia de puntos in extremis.

Sin ver el partido, únicamente siguiéndolo por la jornada virtual de acb.com y por una futbolera y egomaníaca narración por la radio, sólo comento algunos puntos que me parecieron relevantes:

  • Vaivenes y parciales: El partido fue una montaña rusa, con diferencias importantes en cada cuarto, algo habitual en los partidos de ambos equipos. Los parciales fueron tremendos por momentos: 15-3 para el Granca en el primer cuarto; 2-14 para el Fuenla en el segundo; 14-2 para los locales tras el descanso...diferencias muy grandes en poco tiempo.
  • Superioridad interior amarilla. No voy a decir que los insulares volvieron a jugar con inteligencia sin ver el encuentro, pero que sacaran tanto rendimiento de la superioridad de Rey y Nelson me pareció importante, porque en otros partidos la anotación interior ha escaseado. A eso hay que sumar que sólo registraran 6 pérdidas en todo el encuentro.
  • El coraje de Bramos. El escolta griego anotó 14 puntos en los últimos 8 minutos de partido, cuando sólo llevaba 3 hasta ese momento. Fue el jugador referente en los momentos clave, asumiendo la responsabilidad en el ataque y buscando las faltas.
  • Valentía y agresividad en los momentos decisivos. Los locales se marcharon al descanso sin ir al tiro libre y acabaron con 19 lanzamientos de un punto, lo que da idea del cambio en la agresividad ofensiva (lo del desacierto lo comento a continuación). El Fuenlabrada sólo tiró dos tiros libres en toda la segunda parte (y falló ambos). Fisac comentó la falta de valentía de su equipo en los momentos decisivos, a la vez que alabó la del Gran Canaria.
  • El borrón de los tiros libres. El pobre 53% desde el 4,60 (10/19) es preocupante, especialmente en un partido apretado como éste. Y más si dos jugadores distintos fallan dos tiros libres consecutivos cada uno en el último minuto de encuentro. En lo que queda de liga va haber muchos encuentros apretados que se van a decidir por tiros libres.
  • Pobre aportación del banquillo. En contra de lo que había ocurrido últimamente, el Gran Canaria acusó bastante la escasa aportación de sus jugadores suplentes. Entre los 5 reservas sólo anotaron 9 puntos y sumaron 6 de valoración. Y lo que es peor, todos, absolutamente todos, tuvieron valoración más/menos negativa. La diferencia en el marcador con Nelson o Palacios en pista es abrumadora. Al menos, los 5 titulares sí se repartieron bien la anotación.
  • El Penney más gris. El Fuenlabrada sólo ha ganado un partido de los últimos 7 en ACB. Muchos aluden a la falta de centímetros y pívots resolutivos cerca del aro, pero los números de Penney en esta racha son preocupantes: 10 puntos por encuentro (promediaba 16 hasta entonces) y casi 3 pérdidas por encuentro. Con él en cancha, el Gran Canaria anotó 18 puntos más que el Fuenlabrada.

El vistazo a la clasificación típico de esta temporada es mucho menos agobiante que hace un mes. El Gran Canaria está, de nuevo, a mitad de camino entre el play-off y el descenso, con varios equipos por detrás en la clasificación. Conviene recordar que esta temporada cada momento de relajación clasificatoria ha precedido a rachas negativas. El equipo tiene ahora buena pinta y la está manteniendo más que en otras ocasiones este año, pero todavía queda mucho camino. Y el trabajo que se haga ahora también será válido para la próxima temporada, por lo que hay que seguir construyendo para el futuro, venga como venga.

lunes, marzo 19, 2012

El Gran Canaria enseña solidez y oficio en Badalona

Mucho más sólido y con  mejor lectura de juego que en todas las apariciones previas como visitante, el Gran Canaria se llevó la segunda victoria a domicilio de la temporada en Badalona (73-81). Los amarillos dominaron el juego y el marcador durante casi todo el partido ante un rival que aunque llevaba una racha de cuatro triunfos consecutivos, acusó demasiado la falta de acierto en el tiro y los problemas en defensa.

La victoria llegó con sensaciones muy distintas a las de la victoria contra el Barcelona, en gran medida por el nivel del rival, con menos épica y más oficio, con menos intensidad defensiva pero más alegría en ataque. Pero, sobre todo, hubo un denominador común: la aportación colectiva, la capacidad de que muchos jugadores sumaran en diversos momentos. Los 10 jugadores que disputaron algún minuto anotaron y salvo Beirán, que se quedó en 2, y Nelson, que alcanzó los 16, el resto sumó entre 5 y 13 puntos, con un interesante balance entre juego interior y exterior.

Como en cada partido, hubo tiempo para la falta de concentración y el habitual parcial en contra (al final del segundo cuarto, 10-0), igual que para algunos bajones de intensidad y concentración, como el del final de partido, donde se concedieron varias faltas con canasta y se atacó demasiado alocadamente cuando el marcador era favorable.

Análisis táctico
Cuando se hacen comparaciones entre Pedro Martínez y Salva Maldonado, se suele destacar que en ambos ponen mucho énfasis en la preparación defensiva y que optan preferentemente por la defensa individual. Yo mismo hice ese comentario cuando el Gran Canaria fichó a Pedro Martínez (ahora, casi tres temporadas después, cambiaría la mitad de las cosas que escribí). Sin embargo, hoy día el Gran Canaria es uno de los equipos cuya defensa está mejor trabajada tácticamente y probablemente el que mejor defiende de todos los conjuntos fuera de play-off.

La manera en la que Pedro Martínez ha impulsado la presión a toda cancha y el 2x1 al base contrario desde su llegada a la isla se ha extendido por toda la ACB; y la adición de la zona 1-3-1 al arsenal defensivo es un ejemplo de trabajo y valentía poco visto en la competición. En Badalona, el Gran Canaria demostró que tiene esta zona tan interiorizada que sabe utilizarla una jugada, variar a la siguiente y retomarla con posterioridad.

En los emparejamientos, el Joventut intentó compensar la baja de Eulis Báez -muy importante para el equipo- con Lubos Barton jugando de ala-pívot en el último cuarto, quizá por el bajo nivel previo mostrado por Trias. Sirvió para sacar ventaja en ataque, pero le costó una desventaja en la defensa al poste contra Spencer Nelson de la que el Gran Canaria sacó mucho partido.

Se rompe la racha verdinegra

El Joventut llevaba cuatro triunfos consecutivos que lo alejaban de las zonas de descenso, justo en el momento decisivo de la temporada. En esas cuatro victorias hay un denominador común (que conste que lo escribo sin haber visto ningún partido): la defensa. Sus rivales no pasaron de 73 puntos y en el caso de Estudiantes y Fuenlabrada, se quedaron en 55 y 56. También coincide la racha con la llegada de Barton al equipo y un aumento evidente del rendimiento ofensivo de Pooh Jeter, que al Gran Canaria le hizo daño, pero con poca continuidad.

Contra los insulares, el equipo dirigido por Maldonado no estuvo igual de bien atrás, porque le costó llegar a las segundas y terceras ayudas ante el dinamismo y movimiento de balón del ataque grancanario; asimismo, en determinados momentos del encuentro, sus pívots no pudieron con Savané, Xavi Rey o Spencer Nelson en el 1x1.

La situación global de ambos equipos, con todo, es similar: parece un año de transición para ambos equipos, ante el bajo rendimiento de jugadores clave, las lesiones y cambios de jugadores. Por la configuración de la plantilla y cuerpo técnico, en ambos casos parecen proyectos con continuidad a medio plazo, por lo que la integración de la cantera en el primer equipo y la capacidad de los jóvenes para aportar a corto plazo va a ser muy importante en próximas temporadas.

Lo mejor

  • La capacidad de lectura del partido. El Gran Canaria supo siempre a qué jugador tenía que buscar para hacer daño, buscó las ventajas en los emparejamientos y sacó partido de las posibilidades de correr. Nelson contra Barton, Rey contra Llovet o Williams y Savané contra Norel recibieron balones cuando tuvieron posición y se aprovecharon de ello.
  • La contribución colectiva. De nuevo, todos los jugadores ayudaron en ataque. Todos lanzaron al menos en dos ocasiones, todos anotaron, todos jugaron entre 13 y 27 minutos, todos sumaron algún rebote excepto Palacios. En un día malo de Bramos en el tiro (1/7 de tres) y sólo regular de Haynes (10 puntos, sin demasiados tiros), fue Nelson el que más daño hizo por su variedad en el arsenal ofensivo (penetraciones desde el 6,75, jugadas al poste de espaldas y tiro exterior). Pero también estuvo consistente Xavi Rey, también desatascó algún ataque Palacios e incluso Dowdell dejó ver algún movimiento interesante.
  • La firmeza y plasticidad defensiva. En general, el desempeño defensivo fue bueno, con algunas salvedades. Pero lo más interesante es la mencionada plasticidad: la capacidad para variar la defensa sin tiempos muertos de por medio, casi con cualquier jugador en cancha y manteniendo la presión al base rival desde la línea de fondo. Pese a que no se extendió demasiado en el tiempo y a que cedió algunos rebotes ofensivos, la zona 1-3-1 hizo daño al Joventut. Además, salvo en el primer cuarto, el Gran Canaria supo defender sin faltas.
  • El control del ritmo y del balón. Quitando la última mitad del cuarto periodo, quizá, el Gran Canaria mostró mucho oficio en el control del ritmo de juego. Corrió cuando pudo, hizo ataques largos cuando no era posible el tiro rápido y explotó el 2x2 entre base y pívot ante la superioridad de Rey sobre el cinco rival. Y sólo se contabilizaron 8 pérdidas (por 16 del Joventut) en los 40 minutos. Fue interesante la aportación de Alvarado, que en el tercer cuarto estuvo muy bien, lanzando el contraataque, jugando el bloqueo y continuación y aprovechando que el foco de la defensa verdinegra se estaba centrando en Rey para sumar puntos por sí mismo en el 2x2.
Lo peor
  • La pájara del segundo cuarto y la falta de concentración en el último periodo. Los dos peores momentos del Granca en el partido llegaron, a mi juicio, por la falta de concentración en defensa. El 10-0 en los últimos minutos del segundo cuarto fue una racha plagada de malos ataques, pero también con varias canastas fáciles por parte del Joventut (una de ellas, una bandeja de Jeter a la salida de tiempo muerto a un minuto del descanso cuando Pedro Martínez había recordado que había una falta por conceder antes del bonus). En el cuarto periodo, la cantidad de faltas que concedían además la canasta fue excesiva, justo cuando más importante era no cometer errores. 
  • La intensidad defensiva de Nelson y Haynes. Normalmente no señalo directamente a jugadores, pero me desesperó la facilidad con la que Van Lacke se iba del escolta cada vez que ponía el balón en el suelo y la nula intensidad y visión que demostró el ala-pívot en la defensa del 2x2. Muchos señalarán al mormón como el más destacado por ser el máximo anotador y más valorado (16 puntos en ambos casos), pero en los 25 minutos que estuvo en pista, el marcador fue 52-51 a favor del Joventut.
  • Los problemas en el rebote defensivo. La Penya atrapó el 40% de los rebotes en el aro canario, una cifra mucho más alta de lo habitual. Creo que la zona 1-3-1 permitió muchos rechaces para los locales, una carencia habitual de esta defensa.

Me sentía tentado de escribir que el Gran Canaria había mantenido el espíritu del partido contra el Barcelona, entre otras cosas para enlazar el vídeo creado por Víctor García para la motivación de la plantilla, pero creo que es todavía más interesante que el equipo sepa ganar de distinta forma y que tenga capacidad de mover el balón y jugar bien a domicilio. Jugando así, lo que queda de temporada se encara con otra perspectiva.

domingo, marzo 11, 2012

Vuelve el Gran Canaria de las grandes hazañas para tumbar al Barcelona

Los jugadores del Gran Canaria festejan en coro la victoria con los fotógrafos de la prensa alrededor - ACB PHOTO
El Gran Canaria de siempre, el que consigue hazañas que reciben halagos de toda España y hace vibrar al público del CID, recuperó su garra y su fortaleza mental para ganar al líder, el Barcelona (93-90), después de dos prórrogas minutos de juego.

Los amarillos ganaron, contra todo pronóstico, porque anotaron desde el perímetro con consistencia y porque en los apartados del juego basados en la lucha y el esfuerzo superaron al campeón de liga. Pero, sobre todo, lo que diferenció a los dos equipos fue la fuerza del colectivo por parte de los locales, en oposición a las individualidades de los catalanes. Todos los jugadores del Gran Canaria fueron capaces de sumar en un momento dado; muchos de ellos sobreponiéndose a errores previos y aportando buena mentalidad.

Hay dos datos que reflejan muy bien cómo discurrió el partido en cada bando:
  • En el Gran Canaria anotaron 10 jugadores (todos excepto Ekperigin, que no llegó al minuto disputado) y 6 de ellos superaron los 10 puntos.
  • En el Barcelona, entre Navarro, Lorbek y Mickael anotaron el 62% de los puntos. Y sólo el 32% de sus canastas (o tiros libres) llegó precedido de una asistencia, cuando normalmente es el 53%, lo que da idea del poder disruptor de la defensa amarilla.
Durante 50 minutos nos olvidamos de cómo iba la temporada y asistimos a la clásica lucha del chico contra el grande, a la magia del CID lleno y ruidoso, a los sonidos y las esperanzas habituales en temporadas anteriores. Como dijo Pedro Martínez después del partido, "la historia del Gran Canaria se basa en partidos como el de hoy", aunque este año parezcan tan lejanos.

Algunos apuntes tácticos
Normalmente en este apartado cito los cambios defensivos, la zona 1-3-1 (prevista por Pascual en las dos ocasiones que emergió) y los desequilibrios en emparejamientos de aleros (bien parado Mickael, con alguna salvedad) o ala-pívots (especialmente con Lorbek, que es capaz de tener ventaja en todas las situaciones posibles).

En esta ocasión, me centraré en los ataques finales de ambos equipos. En el caso del Barcelona, se optó por lo de siempre: balón a Navarro, resto de jugadores abiertos, pendientes para recibir si hay ayudas y 1x1 del escolta catalán. En el cuarto periodo, la penetración acabó en falta -algo rigurosa, aunque creo que sí fue- de Nelson y dos tiros libres anotados. En la primera prórroga, Navarro encestó una preciosa parada a media penetración con tiro a tabla cayendo hacia atrás. En la última, Bellas hizo una falta inteligente y Navarro, quizá rememorando aquella vez que desperdició dos lanzamientos libres en el momento decisivo, falló el primero para tranquilidad del público.

En el Gran Canaria, las dos ocasiones en que tuvo ataques en los últimos segundos se escogió la misma jugada: recepción de Savané en el poste bajo. En la primera ocasión, con 3 segundos, Pedro Martínez le pide que busque la falta, intentando sacar ventaja del factor psicológico de los árbitros (en la jugada anterior habían pitado personal de Nelson en la penetración de Navarro). Sin embargo, los números demuestran que es una mala decisión buscar la falta en los instantes finales (sólo hay que leer Scorecasting), especialmente con los porcentajes del equipo -y de Savané. Si no te apellidas Navarro y juegas en la ACB, se entiende.

En la siguiente situación, esta vez con dos segundos para el final de la primera prórroga, el Gran Canaria ejecutó la misma acción, buscando el tiro rápido más que la falta. Entendí que se debía a la facilidad con la que había recibido anteriormente y al buen partido que estaba haciendo Savané, pero me resultó extraño: ¿no hubiese sido mejor buscar a un tirador exterior como primera opción?

Debacle multimillonaria
Por primera vez en la temporada, el Barcelona pierde dos partidos consecutivos, tras caer en el Palau frente al Sevilla. Hace ya bastante tiempo que pienso que el Barcelona actual es demasiado dependiente de Navarro. Este hecho se acentúa en los finales apretados, en los que los azulgrana se encomiendan a él con tal fervor que llega a convertirse en un equipo predecible y mucho más fácil de defender de lo que debería.

No es normal que con el talento que atesora la plantilla tengan que encomendarse a los 1x1 aislados de sus estrellas, por difíciles que sean de parar, cuando su ataque no funciona. Hay dos datos que deberían preocupar a Pascual:

  • en la segunda prórroga, su equipo no anotó ni un tiro de campo (los 6 puntos fueron tiros libres)
  • 18 de los últimos 23 tantos llegaron desde el 4,60 (gracias a Lucas HZ por el dato)
Más allá de jugar rápido o lento, a pocas o muchas posesiones, lo que está haciendo el Barcelona es desaprovechar el talento ofensivo de su plantilla. Para conseguir éxitos va a necesitar tener involucrados y en buena dinámica a más jugadores de los que tiene ahora mismo. 

No quiero quitar méritos al Gran Canaria, que estuvo muy bien, pero conviene una mirada rápida a los recursos de ambos equipos. Según aparece publicado en varios sitios web, Navarro cobra entre 2,5 y 3 millones de euros por temporada. Con menos de eso, aproximadamente 2,4 millones de euros, Himar Ojeda se las arregla para confeccionar una plantilla de 11 jugadores en la ACB y mantener a otros 7 en La Palma.

Lo mejor

  • El juego del Gran Canaria, sobre todo en el primer tiempo. Concentración, esfuerzo, ganas de correr, valentía y dureza en defensa. Un nivel de acierto en el tiro lejano casi sin precedentes esta temporada sirvió para que el Barcelona no se encontrara cómodo haciendo su juego y defendiendo y abrió huecos para Savané.
  • La aportación colectiva. Muchos jugadores aparecieron en momentos clave y todos sumaron puntos, excepto Ekperigin, como comenté anteriormente. Alvarado fue un revulsivo arriesgando en algunos triples; Bellas fue mucho más incisivo que de costumbre y metió un triple importantísimo; Bramos y Haynes aparecieron en ataques clave; Rey y Palacios consiguieron canastas difíciles en la última prórroga; Nelson estuvo inconmensurable; Savané hizo el partido del año...muchos jugadores sumaron, sin que ninguno tuviera que destacar claramente por encima del resto.
  • La fortaleza mental de los locales. Los amarillos creyeron en sus posibilidades, se atrevieron a tirar pese a haber fallado anteriormente, no se arredraron por la presión de los que se jugaban. Palacios, en un partido gris, fue capaz de arriesgar en una penetración decisiva a la postre; Bellas anotó un triple aprovechando que le dejaban mucho espacio después de haber perdido un balón anteriormente. Y Bramos anotó un triple difícil tras haber fallado un tiro fácil a 5 metros. Tener la confianza para tirar, en la situación que está el equipo, tiene mucho mucho mérito.
  • La firmeza defensiva. Pese al número de faltas concedidas, el Gran Canaria fue capaz de cerrar bien el rebote defensivo y de evitar que el Barcelona consiguiera canastas fáciles y moviera el balón con fluidez. Como explicó el técnico local al término del encuentro, defender 1x1 sin faltas a jugadores como Navarro, Mickael o Lorbek es muy difícil para jugadores como los del Gran Canaria, normalmente con desventaja física. Especialmente buena me pareció la defensa de Bellas -siempre en tensión y concentrado- sobre Navarro en las prórrogas.
  • La recuperación del capitán. Savané hizo el mejor partido de la temporada en ataque -sobre todo- y en defensa. Se jugó balones caliente (acabó con 14 tiros; no lanzaba tanto de dos desde 2005) Aunque curiosamente no capturó ningún rechace en 24 minutos, fue capaz de sacar de la zona a Perovic y de evitar que Fran Vázquez o Ndong hicieran daño cerca del aro. Además, Pedro Martínez lo señaló como figura importante en la motivación previa: "Savané ha estado muy bien durante toda la semana". Es una figura clave y se ha echado de menos su mejor nivel.
Lo peor

  • La dificultad para cerrar el partido. Con el primer tiempo que hizo el Gran Canaria, la ventaja tenía que haber sido mucho mayor. Pese al flojo inicio tras el descanso, al terminar el tercer periodo la ventaja era de 10 puntos, pero se volatilizó con demasiada facilidad. Y los ataques importantes, con posibilidad de cerrar el partido, no se materializaron. El Barcelona estuvo muy cerca de llevarse el partido, lo que hubiese sido una injusticia por el juego de ambos.
  • El desacierto en tiros libres. Esta vez, 9/16 (56%) y varios fallos en momentos importantes. Parece que la puntería en este apartado empeora por momentos.
  • Cuando más falta hacía, el Gran Canaria dejó de correr. Aunque el Barcelona trabaja muy bien este aspecto, me pareció que en el último cuarto los locales dejaron de correr por intentar controlar el balón con más seguridad. Y el resultado fue que sólo anotó 13 puntos en el último cuarto.
  • La irregularidad anotadora de los aleros. Este domingo se dio una alternancia anotadora entre Haynes y Bramos paradigmática de lo que está siendo la temporada (salvo unos pocos partidos). Ninguno de los dos estuvo especialmente acertado, pero ambos aportaron en momentos importantes. Ahora que Dowdell todavía no está para aportar anotación -de nuevo, extraño movimiento en el mercado del club- y que Beirán registra un 7/30 en triples en los últimos seis partidos, los puntos de Haynes y Bramos son imprescindibles para no pasar apuros. Tanto mejor si llegan acompasados.

Mantener los dientes apretados
Suelo decir que más que las derrotas me preocupa el mal juego. Del mismo modo, en la situación actual me preocupa más la sensación que desprende el equipo que su clasificación. O la que desprendía, porque el partido contra el Barcelona puede convertirse en un punto de inflexión, un espejo en el que el equipo pueda mirarse hasta final de temporada para conseguir la confianza que parece faltar.

Pero ya ha habido otros momentos de la temporada en que el Gran Canaria parecía revertir la situación adversa y no fue así. Me quedo con las palabras de Pedro Martínez: "Ha que seguir con los dientes apretados y pensando que esto es difícil".