sábado, noviembre 10, 2012

Los dos saltos de James Feldeine


La situación actual de James Earl Feldeine Padilla está marcada por dos saltos. Uno, el más vistoso, el lado amable, es el espectacular salto para machacar elaro del Unicaja hace algunas jornadas y supone la confirmación de que su capacidad atlética también se nota en la Liga Endesa.

La foto de ese mate, no obstante, no debe engañar. Quienes hayan visto jugar a Feldeine en los años que pasó en el Breogán de Lugo sabrán reconocer que, aparte de ser un jugador espectacular, es un jugador muy completo, con alto nivel técnico, buen tiro, fabuloso en el uno contra uno y predisposición defensiva. Cualquier jugador no es capaz de conseguir el impacto que él tuvo en su primer año de profesional en España tras llegar de una universidad tan pequeña y desconocida como Quinnipac.

Su segundo salto es el más preocupante; la cara oscura, el lado negativo. El que supone pasar de la LEB Oro a la ACB, con mayor intensidad física, torres más altas y cuerpos más fuertes. La altura de ese salto la está pagando el escolta dominicano en este inicio de campaña, aunque ya haya dejado algunos momentos estelares como el mate frente a Unicaja. 

Sus dificultades se demuestran en algunos datos: no llega al 25% en triples (en LEB siempre estuvo alrededor del 40%), pierde el doble de balones que recupera y con él en cancha, el Fuenlabrada tiene peor rendimiento que con cualquier otro jugador exterior.

La magnitud del escalón entre LEB y ACB, tantas veces menospreciado, se está notando en su rendimiento, aunque contra el Joventut se vieron destellos de su potencial. Es un salto grande, un reto enorme, pero aún tiene tiempo para ajustarse y lo importante es cómo se termina. Y Feldeine ya ha demostrado que tiene capacidad para rectificar en el aire.

Texto para la revista 1Arriba, que se repartirá en el Centro Insular de Deportes el próximo domingo, en la visita del Fuenlabrada a Gran Canaria. 

Para saber más sobre Feldeine, recomiendo dos textos de Jesús Morales que me sirvieron de fuente:


domingo, noviembre 04, 2012

El Gran Canaria se lleva el derbi en un mal partido de baloncesto

Jon Scheyer, muy lucido hoy en ataque
El Gran Canaria cosechó su cuarta victoria de la temporada, segunda a domicilio, al vencer al CB Canarias (71-76) en un partido muy malo, con multitud de imprecisiones y escaso acierto. La expectación generada por la vuelta del derbi canario a la ACB no se vio compensada con buen juego, ya que los dos equipos colmaron sus ataques de fallos y malas decisiones, atenazados en algunos momentos por la facilidad con la que resbalaban por el parqué.

El motivo de que el Gran Canaria se llevara la victoria se podría explicar haciendo uso de ese concepto tan abstracto y de tanto uso arbitrario que es el oficio. A veces usado como la capacidad de olvidar los nervios y aplicar el esfuerzo extra y/o la calidad en el momento decisivo; otras veces empleado como sinónimo de experiencia para sacar provecho de los errores del rival, en cualquiera de ambas acepciones cabe la justificación de la victoria del Gran Canaria en el Santiago Martín.

Valgan tres ejemplos como muestra:

  • La primera y única canasta de Báez en el partido llegó tras un rebote ofensivo después de un fallo en el tiro libre de Scheyer, con la diferencia en el marcador escasa (59-62) y a 5 minutos del final.
  • En el siguiente ataque grancanario, Nelson recibe un pase algo forzado y coloca el cuerpo de tal manera que se asegura la falta e intenta al mismo tiempo la canasta. Anota los dos tiros libres y deja el marcador 59-66.
  • El triple que certificó la victoria, de Tomás Bellas, es el primero de la temporada que consigue el base madrileño, quien hasta entonces llevaba un 0/6 desde el 6,75.
En el otro lado, los tinerfeños interpretan mal los contraataques y desperdician lo que deberían haber sido un par de canastas fáciles justo cuando más necesidad tenían. Una falta tonta a 4:30 del final, en la lucha por un rebote ofensivo perdido, mete al Gran Canaria en el bonus cuando falta casi medio cuarto. No aprovechan los errores del rival, no sacan el acierto cuando más falta hacía, se equivocan en los momentos decisivos: carencia de oficio, podríamos llamarlo. Esa fue la diferencia entre ambos equipos hoy.

En el resto del partido, el nivel de juego pareció equilibrado. Quizá el Gran Canaria, que fue por delante casi siempre, pareció menos excitado, más tranquilo, tanto cuando estaba por encima de manera holgada (hasta 12 puntos tuvo de diferencia) como cuando su diferencia se vio reducida. El Canarias basó sus reacciones casi siempre en el acierto individual y en ocasiones desaprovechó su inercia por la excitación consiguiente. 

En el balance general del partido, los dos equipos se deberían ir con más preocupaciones que antes del encuentro: el Canarias por dejar escapar a un equipo que no jugó bien y que está claramente mermado en el apartado físico por las lesiones; y el Gran Canaria porque varios de sus problemas los lleva arrastrando desde el inicio de liga sin que se haya notado mejoría.

La pizarra
A diferencia de lo que ocurrió frente al CAI Zaragoza, los de Pedro Martínez no mandaron ayudas al juego interior cuando los canaristas jugaban de espaldas. Nelson estuvo bien contra Donaldson y tanto él como Báez, junto al resto del equipo, cerraron el rebote con eficacia. Guillén sí sacó ventaja de sus pares en algunas jugadas: al poste bajo cuando lo defendía Beirán y tirando de lejos o penetrando cuando tenía enfrente a Prestes.

Uno de las cuestiones más interesantes de las rotaciones la vimos en el puesto de base. Volvió a jugar Óscar Alvarado, que empezó dirigiendo bien pero se fue apagando (quizá siga acusando la falta de fondo que siempre se le ha notado en la ACB). Y justo cuando él salió, Alejandro Martínez puso a Nico Richotti a subir el balón como uno de su equipo, con el fin de sacar partido de la ventaja física. Aunque hizo sufrir a su par y le sacó algunas faltas, no le fue especialmente bien a su equipo, quizá porque basar tanto el ataque en una misma arma lo hace predecible y corta el ritmo de ataque al equipo.


Jakim Donaldson no hizo un partido destacable,
bien defendido por Spencer Nelson

El Canarias en la Liga Endesa
Hace bastante tiempo que se habla de la apuesta de baloncesto ofensivo del Canarias. Alejandro Martínez apostó desde hace varias temporadas por un tipo de jugador con capacidad de anotación (Guillén, Sabat, Rost, Richotti, Lampropoulos) a costa de sacrificar capacidad defensiva. En LEB, después de varios intentos en los que se esperaba más del equipo, acabaron por conseguir su objetivo el año pasado, anotando mucho gracias a su talento ofensivo.

En ACB, el talento que tienen sus jugadores por sí sólo no basta. Ni Guillén genera tantas ventajas en el poste, ni  Donaldson domina los tableros, ni los tiradores tienen el mismo porcentaje. Siguen jugando muchos 1x1, pero los kilos y centímetros de los oponentes lo ponen más difícil. Dejarse llevar por la cantidad de puntos que mete es un error, porque ha alcanzado los 75 puntos a domicilio dos veces pero en partidos decididos en su contra de manera temprana.

Curiosamente, han cambiado a sus dos bases para esta temporada, quizá buscando jugadores más físicos y expertos que los anteriores, pese a que Sabat había hecho un año muy bueno. Si con ello buscaba un ataque más equilibrado, de momento no lo ha conseguido. Este Canarias parece demasiado dependiente de la inspiración individual, no busca las ventajas como debería, no genera juego sin balón y no practica el juego colectivo. Tampoco se ven demasiadas soluciones tácticas desde el banquillo, ni en ataque ni -lo que es peor- en defensa.


Toolson anotó un canastón en la imagen,
pero tuvo varias acciones desafortunadas

Lo mejor
  • La aportación colectiva, una vez más. Esta vez fue de manera intermitente, pero en momentos concretos fueron apareciendo jugadores para echar una mano. El citado rebote de Báez; los triples de  Newley, Bellas o Guerra en finales de posesión; la inteligencia y descaro de Alvarado al salir a cancha, son varios ejemplos. Entre todos fueron sumándose al espectacular rendimiento de Nelson y a la solidez anotadora que exhibió hoy de Scheyer.
  • El control del rebote y el juego cerca del aro. La falta de centímetros sigue sin notarse, aunque tampoco es el Canarias el equipo más físico en su juego interior. El Granca sigue cerrando bien el rebote gracias más a la concentración de todos que a tener un baluarte concreto. 
  • La tranquilidad para conservar el resultado. Es el oficio al que me refería, la demostración de saber jugar pausadamente en el último cuarto para evitar más resbalones de los necesarios y para sacar el máximo partido a la ventaja. No pareció que aflorara la ansiedad en los de Pedro Martínez por ver al conjunto lagunero acercarse en el marcador. Al menos, no más de la normal.
  • La recuperación de la puntería desde el triple y el tiro libre. Los 10 triples son la mejor marca del año, con el mejor porcentaje de la temporada; y el 10/12 también es la primera vez que se alcanza el 80% desde el 4,60. Dada la aportación ofensiva del juego interior (hoy vimos la peor versión de Prestes y las limitaciones que aún arrastra Báez), el acierto exterior se hace indispensable.
  • El espectáculo fuera de la cancha. Las aficiones animando mutuamente y los jugadores del Herbalife saliendo a saludar a su afición serán imágenes que se verán en todos los resúmenes de la ACB.

Lo peor
  • Las pérdidas de balón. Fueron 18 en esta ocasión, con varios pasos, resbalones por la humedad del pabellón y falta de precisión en los pases. Y aunque no cuentan como pérdidas, varias jugadas de Toolson acabaron en malas decisiones, buscando el tiro en posiciones forzadas, incluso con varios jugadores encima. Lidera, con diferencia, la estadística de tapones recibidos.
  • El juego de ataque y las rachas sin anotación ni fluidez en el ataque. Cinco minutos sin anotar entre final del tercer cuarto e inicios del último pudieron haber tenido más impacto si el Canarias lo hubiese aprovechado. En ese tramo se vieron los peores trazos del ataque grancanario: poco movimiento, falta de fluidez, mucho bote a 7 metros, ningún pase al juego interior. Al final del partido, sólo 8 asistencias (en 33 posesiones anotadas, menos del 25% de asistencias). Además, está muy relacionado con el comentario anterior sobre Toolson: hay muchas ocasiones en las que se ve obligado, él o Scheyer, a precipitar el ataque ante la falta de oportunidades. 
  • La desazón que transmite el juego del Canarias en los momentos decisivos. Se está viendo afectado por la racha negativa, seguro, igual que le pasó al Gran Canaria en la temporada pasada. La ansiedad por anotar rápido conduce a errores impropios de jugadores de este nivel. En contra de lo que se dice habitualmente, por ganar un partido no se van a quitar esos nervios: sólo se calmarán si los de Alejandro Martínez salen de los puestos conflictivos. De lo contrario, va a ser un año duro, porque la plantilla deja poco margen para un plan B con la temporada empezada.

Pese a las bajas, el accidentado comienzo de liga y las dificultades del ataque, el conjunto amarillo va resolviendo partidos. Todo apunta a que el equipo tiene mucho margen de mejora, sobre todo en ataque, pero para ganar a rivales de mayor nivel necesita mostrar signos de evolución. Y quizá sea obligado mejorar antes de que lleguen Slokar y Rey, porque el mes de diciembre se presenta temible y la Copa de Vitoria está a la vuelta de la esquia.