No pudo ser. El Gran Canaria perdió contra el Real Madrid, que luego fue finalista, en la Copa del Rey. Casi nadie lo esperaba -ni TVE, que emitió un anuncio sobre el Tau-Real Madrid antes de jugarse el partido, así que la decepción es menor, por lo que parece. De hecho, se nota cierto clima de conformismo tras la actuación del equipo amarillo.
Yo me niego a considerarlo positivo. Por mucho que se mire, el Gran Canaria perdió una oportunidad inigualable. Si hace dos años contra el Tau los árbitros ayudaron a que los vitorianos pasaran, en esta ocasión fueron los desaciertos propios los principales motivos. Y hasta que el Gran Canaria no gane un partido de esos, no tendrá una actuación digna; lo que no quiere decir que llegar sea un logro. Vale, es de mérito estar entre los ocho primeros tras la primera vuelta (aunque yo bien lo cambiaba por estarlo al final de la liga regular); pero perder en el primer partido, sea por uno o por 17, no es hacer un buen torneo.
Ahora llega el FMP Zeleznik, que, si vuelve a imperar la lógica, dejará al Gran Canaria fuera de la Copa ULEB.
[Por cierto, la nota de EFE recogida en ACB.com es un disparate, como que el talentoso ala-pívot Zoran Erceg es uno de los especialistas en el tiro de perímetro que más sobresale. Por cierto, si el Gran Canaria hace un largo viaje, el FMP Zeleznik juega dos días después de ganar (y celebrar, esperemos) la Copa de su país.]
Y así los de Maldonado se centrarán en la ACB, donde hasta ahora van entiendo un papel digno. Que siga así.
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