Pese al revuelo que se ha armado y la algarabía general, el partido fue uno de esos llenos de desaciertos y falta de tino, defensas duras, muchas decisiones arbirtales discutidas y poco talento. Que Mario Fernández sea tan alabado por capturar nueve rebotes es sintomático: se premia al esfuerzo y concentración, no al acierto, al talento (2/6 en tiros de campo y 5/8 en tiros libres) o a la capacidad de dirigir al equipo (dos asistencias y dos pérdidas).
Siempre que se le gana al Barcelona, y más tras un partido igualado, se destaca más en los medios de comunicación; también influye que el Barcelona llevaba una racha de cinco victoria consecutivas. Es el riesgo de las estadísticas descontextualizadas: de esas cinco victorias, sólo se puede considerar meritoria la de la jornada anterior, ante el Pamesa en Valencia. Y, con todo, no hay que olvidar que en la Liga Europea había perdido un par de encuentros seguidos -luego volvió a ganar- y que su juego sigue siendo monótono, espeso y predecible.
Ivanovic ha convertido al Barcelona en un equipo sin espíritu, sin juego de equipo, cuya principal arma, el talento de Navarro, no puede aflorar de manera continua y sin el cual se fía todo a las temerarias decisiones de Lakovic (que tuvo un -8 de valoración, con 0/7 en triples, 0/3 en tiros de 2 y tres pérdidas de balón) y al tiro de Basile. Intentan casi siempre el 2x2 para acabar con tiro abierto de Vázquez o Marconato, ya no se practican otras jugadas (posteo de De la Fuente ante superioridad física, triple de Kakiouzis en las esquinas) ni hay juego interior. Un mar de dudas, por mucho que los resultados, en esta última, hayan acompañado, gracias a que Navarro es el mejor talento ofensivo de Europa.
Lo mejor
- La defensa colectiva del Gran Canaria, que recuperó su intensidad. Maldonado había dicho que los especialistas habían bajado el listón (para mí que se refiere a Guerra y Savané sobre todo); en este caso, Moran, los bases y el propio Guerra estuvieron muy bien, pero es que los demás nunca desentonaron. Me pareció la mejor defensa en mucho tiempo, siempre en individual, con ayudas de los interiores en el 2x2 muy afinadas en tiempo y forma y muy atentos sobre Navarro (que tiró menos de lo habitual gracias a ello).
- El acierto en el tiro exterior (10 de 23 en triples) y la garra para el rebote ofensivo (15, por 7 del Barcelona), poco habituales para el 'Granca'.
- La intensidad y serenidad de Mario Bruno Fernández. Son dos cualidades que siempre muestra -quizá algo menos la intensidad en los últimos partidos-, pero Lakovic se quedará con su recuerdo mucho tiempo. Aún no hace jugar lo que debería ni toma las suficientes responsabilidades cara al aro, pero ayuda como ningún alero en el rebote de ataque y en ls ayudas defensivas.
- La valentía de Hunter. Había hecho un partido gris y en la prórroga, con un triple y un tiro de cuatro metros saliendo de bloqueo, puso la puntilla al Barça. También quiero destacar el nivel de Sergio Pérez. Lo nombro ahora, pero lleva ya un par de partidos más participativo, con más puntería en los triples y mucho mejor en defensa. Él mismo había reconocido que estaba siendo un año mediocre y lo está remontando.
- El público. Animó mucho, chilló a los árbitros aunque tomaron decisiones muy protestadas por los blaugranas y casi, casi no hubo quejas cuando Norris perdió dos balones.
- La poca participación y falta de acierto de Moran y Guerra en ataque.
- La falta de dirección para buscar a Savané cuando estaba haciendo daño. Y la falta de acierto del propio Savané, que todavía no ha cogido el punto en la media vuelta y se atreve menos de lo que debería.
- El juego a tirones y dependiente de Hunter y Vroman en 1x1, sin penetraciones continuadas por los pívots, poco juego de espaldas, cortes ni puertas atrás.
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