El Manresa mostró varias de sus armas y algunas de sus debilidades. Tiene un equipo hecho de retales de otros equipos: Diego Sánchez y Berni Hernández llegaron al bajar Tenerife y Alicante; a Javi Rodríguez no lo querían en Breogán; Espil estaba sin equipo y Alzamora no convenció en Menorca. A esos se le suma jugadores que habían destacado en LEB (Jordi Grimau, Asselin) y descubrimientos propios, sean de cantera, como Rafa Martínez y Guillem Rubio; o fichajes, como Callahan. El único que llegó este año con cierta vitola de estrella fue Walsh, que no está todo lo fino que uno esperaría de un jugador con esa fama.
Pues bien, con ese equipo, Ponsarnau se atreve a jugar rápido, con pocos sistemas, basándose en el buen criterio de Rafa Martínez y Javi Rodríguez y en la capacidad de Asselin al poste bajo. Un dato muy interesante es que siempre finaliza los ataques con tiros y muchas veces no llegan a los 15 segundos de ataque, especialmente cuando juega Javi Rodríguez. Ahora bien, sus defectos también son varios: no aseguran su rebote, su defensa es bastante mejorable y sus tiradores no son consistentes, salvo Espil, que tampoco está para jugar más de 20 minutos (no ha pasado de 18 esta temporada).
Su debilidad en el rebote permitió al Gran Canaria disponer de varias dobles oportunidades. Cogió 19 rebotes ofensivos, los mismos que el Manresa en su propio aro, lo que impidió que los catalanes corrieran. Una de las razones es que, por primera vez en la temporada, Savané y Massie jugaron juntos bastante tiempo. El norteamericano, mucho mejor que en anteriores encuentros, estuvo inmenso en el rebote, con 13 capturas, 6 de ellas en ataque y aportó en ataque (11 puntos, con 4/6 en tiros). Esos rebotes compensaron la cantidad de balones perdidos, 17 en total, una cifra inusual.
Los últimos instantes fueron de infarto. Berni Hernández, que siempre que viene juega bien (excepto el año pasado con Alicante), se empeñó en no perder. Con 77-75, metió su segundo triple consecutivo en los últimos segundos de la posesión. Desde ese momento, Savané y Mario Fernández volvieron a crecerse en defensa y aprovecharon los tiros libres forzados.
Lo mejor
- La actuación de los últimos minutos. Excelente defensa, de nuevo, y temple para los tiros libres.
- Mario Bruno Fernández. Lo escribo ahora y parece oportunista, pero creo que está en el camino de ser mejor jugador. Quizá haga menos valoración, pero ahora tira cuando está solo (y poco a poco va metiendo) y se arriesga un poco más en ataque. A eso suma su intensidad defensiva habitual (hoy robó un balón que finiquitó el partido) y su aportación reboteadora. 24 de valoración con 14 puntos y 5 rebotes.
- Sitapha Savané. Parece una versión mejorada del jugador del año pasado, más fuerte, más intenso, más decidido. En los últimos partido ha secado a Wideman y a Asselin, jugadores que le llevan diez centimetros, y tiene tiempo para las ayudas y los tapones. Aunque aún tiene partidos donde desaparece en ataque, aporta mucho más que bastantes extracomunitarios de la ACB. Hizo 25 de valoración, con 15 puntos (5/8 en tiros), 11 rebotes, 2 tapones y 5 faltas recibidas.
- La aportación desde el banquillo de Joel Freeland y Sergio Pérez. El británico jugó sus mejores minutos en la ACB. Se impuso claramente a Rubio, reboteó con fiereza (6 capturas en 10 minutos) y, sobre todo, luchó con ganas. Las cuatro faltas le cayeron por ser el novato, ya que al menos dos no fueron. Así sí se ganará minutos. El alero madrileño volvió a sumar desde el tiro exterior, donde destacó más que el resto de aleros (2/3 de dos y 3/5 de tres).
- Carl English. Hizo un partido malísimo, el peor de todos los que he visto. No lo digo por la valoración (-1) ni por el 0/6 en triples, sino por su juego basado en el dribling, la cantidad de pérdidas por el exceso de bote, la incapacidad de conseguirse su propio tiro jugando 1x contra un escolta de su misma estatura (Rafa Martínez) y su debilidad defensiva. Tras ver cómo se sale en la Copa ULEB, sospecho que es de esos jugadores que sólo destaca cuando juega a placer, sin defensas intensas, algo que casi no hay en la ACB. (Por cierto, no me gustó nada el cambio de aleros a cinco minutos del final, porque Sergio Pérez sumó bastante más que English. ¿No podían jugar juntos Moran y el alero de origen griego?)
- El arbitraje. Esa ley de la compensación es absurda, un error no se corrige con otro. Este año van varios así de malos. El de la ULEB es bastante mejor, por ejemplo (claro que el juego tiene algo menos de intensidad y contacto), salvando el partido contra el Panionios, donde fue claramente casero. De todos modos, seguro que en Grecia será igual o peor.
- La irregularidad de Kornel David y Roberto Guerra. El húngaro todavía no ha hecho dos partidos buenos seguidos. Anotó su primer triple en casa, pero esa fue toda su aportación. Además, estuvo mal atrás. Roberto sigue empeñado en ser lo que no es: un tirador. Debería aportar otras cosas y sólo lo hace a ratos, en encuentros determinados.
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