Llego bastante tarde, pero no me resisto a comentar cómo se ha recogido en los medios la aplastante victoria del Gran Canaria en la cancha del Estudiantes (66-88). Sobre el partido tengo poco que decir, porque no lo vi, aunque lo seguí por la jornada virtual de acb.com. (Tras investigar, he conseguido encontrar el enlace a las estadísticas y el Jugada a jugada).
Las crónicas, tituladas como "golpe de autoridad", "exhibición" y cosas parecidas, indican que la defensa del Gran Canaria, de nuevo, fue muy buena y que el público colegial despidió al equipo amarillo con aplausos. Maldonado afirmó que el dominio de las zonas en el segundo cuarto y los triples en el tercero fueron las claves.
En las estadísticas vemos que, efectivamente, el equipo registró un 10/21 en triples (por el 1/13 del Estudiantes) y que seis jugadores lograron más de diez puntos (y más de diez puntos en valoración también), con English (21 puntos) a la cabeza, seguido de Sanders y Kickert (14 cada uno), Freeland (13) y Augustine y Norris (diez cada uno).
La victoria, como decía, ha hecho que algunos medios alaben al Gran Canaria. En acb.com se publicó un artículo glosando las bondades del equipo, cuarto en la tabla después de los tres triunfos consecutivos. Destaca cosas parecidas a las que yo suelo decir: defensa global, defensa a los tiradores, protagonismo ofensivo repartido, la importancia creciente de Freeland y la de Carl English.
Es en este punto donde más me han sorprendido las crónicas y el artículo de acb.com. English metió 21 puntos, es cierto, pero 11 fueron en el último cuarto, como recoge la crónica de Sedenator. Lo que sí hizo bien fue repartir juego, con siete asistencias.
Coincidiendo con su buen inicio liguero y esta actuación, se empieza a hablar más de English. El mismo redactor de acb.com, Daniel Barranquero, escribió sobre las desgracias personales del canadiense y su lucha por triunfar en el baloncesto en el artículo Carl English: Una revancha a la vida.
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