Aun así, el partido tiene una lectura positiva para el filial grancanario. Los jugadores, muy jóvenes este año, disputaron el encuentro al máximo y nunca lo dieron por perdido; además, el rival ha hecho un equipo para estar en los puestos altos y luchar por el ascenso, con varios fichajes y un quintento titular de lujo (técnica y físicamente: tres jugadores por encima de dos metros, un base de casi 1,90 y un escolta de 1,95) y con experiencia.
Lo positivo
- El Gran Canaria mantiene la filosofía del año pasado: correr siempre que sea posible, jugar de manera valiente, apretar mucho en la defensa individual y poner intensidad máxima en todas las acciones. Víctor García mantiene así el estilo de juego que impuso Rafa Arocha el año pasado y que tan bien le fue al equipo.
- El equipo parece diseñado para ese tipo de juego, con muchos jugadores pequeños pero explosivos, bases creativos y decididos e interiores capaces de correr.
- Individualmente, me parecen destacables el estado de forma de Gaby Alonso -rapidísimo-; la fortaleza física de Christian Díaz (no lo recordaba tan fuerte); el esfuerzo constante de Samuel Domínguez, que siempre va al rebote ofensivo y tiene muy buen toque para los palmeos -debió anotar cinco o seis canastas de este modo-; la capacidad para el 1x1 y las ganas de hacer correr al equipo de Óscar Alvarado, aun sin estar en su mejor forma; la potencia y valentía de Alejandro López; y la habilidad lanzadora de Kloos, el nuevo fichaje holandés.
- El partido sirve para curtirse. El Aridane peleará por el ascenso a poco que las cosas le vayan medio bien. Su base, David Haro, me sorprendió muy favorablemente: tiene muy buena capacidad física (intentó un mate espectacular, aunque se salió; y sí completó otro con facilidad), pasa bien, es seguro y hace jugar a los compañeros. Carlos Pascual es un seguro ofensiva en la EBA, igual que Juanan García, y Berishvili tiene muy buena pinta de tirador. Los americanos interiores pueden anotar, rebotear e intimidar.
- Lo peor del encuentro fueron las pérdidas de balón, especialmente a mediados del último cuarto, que impidieron luchar por el encuentro. De la forma que se produjeron, parecían causadas por el cansancio físico más que otra cosa, por lo que con el tono físico adecuado, en un par de meses, no deberían ser un problema de esa magnitud.
- También se nota la inferioridad física en el juego interior. Con los minutos de Bakary muy limitados por las faltas (algunas inexistentes) y Javi González todavía sin estar en forma, Samuel Domínguez y Nejc Buda cargaron con la mayor parte de la responsabilidad ante jugadores físicamente más fuertes y más experimentados, por lo que sufrieron en defensa y en ataque. El pívot del Aridane, Byron Burnett (un 2,07 de espaldas anchas y buen salto) se hizo el dueño de la zona en defensa e impidió anotar a los pívots amarillos y muchas de las penetraciones de los exteriores.
- No tengo estadísticas, pero creo que el Gran Canaria intentó pocos triples, puede que menos de los 17 que promedió el año pasado (que ya es una cifra bastante baja). Me temo que sea por la carencia de tiradores regulares. Kloos y Díaz parecen ocupar el papel de lanzadores de larga distancia, con ayuda de Alvarado, pero el resto deberá colaborar más para evitar que los equipos se cierren mucho dentro de su zona en ataque estático.
No puedo hablar de las estadísicas porque la entidad que organiza la competición, el Gobierno de Canarias, no las recopila ni las ofrece. De hecho, lo único que pone el Gobierno es el dinero para desplazamientos de los equipos, a los responsables del marcador electrónico y la cuenta de posesión y los árbitros (penosos ayer, por cierto). No había nadie para labores de intendencia (secar el suelo del pabellón, por ejemplo; se tuvo que encargar el segundo entrenador del Gran Canaria, Cristo Guerra) ni en labores de organización. De hecho, ni siquiera ponen el resultado ni el calendario en su web. Realmente triste.
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