Como era de prever, y a pesar de la confianza en la victoria mostrada, el Gran Canaria se quedó fuera de la Eurocopa al perder contra Lietuvos Rytas (74-64). Estaba claro que era difícil, y más sin Freeland, aún convaleciente. Parece ser que el arbitraje no ayudó mucho (no vi el partido). Si a eso sumamos el 5/21 en triples y la escasísima aportación de Savané (2 puntos, 1/6 en tiros de dos, 4 rebotes y 1 de valoración) y Augustine (6 puntos, 4 rebotes, 4 pérdidas, 4 de valoración), la derrota se explica por sí misma.
A principios de temporada, pensaba que sería un grupo más difícil del que finalmente ha sido. El Azovmash ha perdido a sus dos principales puntales (Van der Spiegel y Salyers), la plantilla del ASVEL ha perdido respecto a temporadas pasadas y ya no es tan competitiva y el Lietuvos también se quedó sin uno de sus mejores jugadores con la competición en marcha (Matt Nielsen). Además, el Gran Canaria demostró que, con esfuerzo y concentración, podía competir con cualquiera. El caso es que hubo dos partidos en casa en que no lo hizo, contra los franceses y los ucranianos, y eso lo pagó. Pero después de haber seguido su trayectoria, la eliminación es una decepción. Y un mal resultado, lo pinten como lo pinten.
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