Justo en el momento en el que su actividad cobra más importante, Berdi Pérez deja el Gran Canaria y se va al Unicaja de Málaga. Es la peor de las bajas posibles: se trata del responsable de confeccionar plantillas acertadas año tras año, del principal responsable de conjuntar un equipo que ha alcanzado las cotas más altas de la historia del club. Él ha elegido a los entrenadores y a los jugadores de la plantilla, trabajando con un presupuesto mucho menor que el de la mayoría de los equipos ACB.
Pérez ya trabajaba en la confección de la nueva plantilla. En una entrevista reciente en solobasket, decía que la intención del club era que continuara el 90 o el 100% de la plantilla. Según se anunció en Canariasahora, una alternativa podría ser Himar Ojeda, que continuaría como segundo entrenador.
Aunque todos los años se anunciaban ofertas de otros equipos, Pérez había sido fiel al conjunto en el que disputó sus últimos años como jugador y empezó su carrera como directivo. Desde el punto de vista profesional, su marcha es absolutamente normal. Mejora el sueldo, se va a un club con más recursos y más profesionalizado, con un entrenador de sobrada valía, aunque a disgusto en Málaga, Sergio Scariolo, y una plantilla que previsiblemente tendrá muchos cambios. Me queda la duda de cómo se repartirá la tarea con Juanma Rodríguez, premiado como Ejecutivo del año por la Euroliga, porque seguro que colaborarán, pero ¿qué funciones hará cada uno?
Todo un reto para Berdi. Habrá que comprobar si el buen ojo para fichar bueno y barato vale también para jugadores de más nivel (el Unicaja lo requerirá) sin que el dinero sea un factor tan importante. Ojalá le vaya bien. El Gran Canaria le debe mucho y aquí hay mucha gente que le estará agradecida.
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