en un partido extrañísimo, marcado por un arbitraje absurdo, disparatado y con un afán de protagonismo exacerbado, que incluso mereció su correspondiente línea de discusion en el foro de ACB.com.
El Menorca respondió a una de las características de los equipos de la zona media (o media-baja) de la ACB, Gran Canaria incluido: enseña una cara en su cancha y otra muy distinta, mucho más débil, cuando actúa como visitante. Sólo ha ganado un partido como foráneo -a Unicaja, cuando estaba en su mala racha (66-83). Hay varios equipos en situación parecida: Estudiantes, Cajasol y Polaris World Murcia tampoco han ganado ningún partido fuera.
El Gran Canaria apovechó dos arreones -no bastó con uno porque otra vez la zona se atragantó y el Menorca remontó nueve puntos- para finiquitar el partido. En ambos tuvo que ver bastante la actuación de Marcus Norris, muy valiente y acertado; la intensidad, en defensa y ataque de Roberto Guerra; la consistencia y defensa de Sitapha Savané; y la regularidad ofensiva de Carl English.
Los 91 puntos pueden hacer parecer que la victoria se debió al acierto ofensivo; pero mi opinión es que se cimentó en la defensa y en la capacidad de correr el contraataque, especialmente en el final del segundo tiempo, cuando los amarillos sacaron la primera renta a fuerza de robos y tiros libres. Eso sí, la defensa en el primer cuarto fue mucho más endeble, igual que en el último, con el encuentro ya decidido.
Me sorprendió mucho la actitud de Ricard Casas. Reservó a Moss más de la cuenta, cuando era el que más daño hacía; sólo empleó la zona 2-3 unos minutos y no volvió a retomarla; y dio el partido por perdido al inicio del último cuarto. El Menorca había llegado a recortar los 19 puntos hasta los 10, pero el Gran Canaria resucitó con la sustitución de Mario Fernández por Marcus Norris y volvió a rondar los 5 de ventaja. Entonces, Casas sacó a Mendiburu or Marinovic y casi no hizo más cambios ni dio más indicaciones. Dejó que el partido acabara. Como he escrito muchas veces, en una liga como la ACB, ¿quién le dice que no se estará disputando el descenso -o la clasificación por el playoff, ambas cosas son posibles- con el Gran Canaria? Desde luego, con esta diferencia de puntos, lo tendría muy difícil.
Lo mejor
- La tensión defensiva del segundo y tercer cuarto y las ganas de correr el contraataque.
- Marcus Norris. Jugó con inteligencia -aunque sea difícil de creer- y aprovechó su superioridad sobre Guzmán para penetrar y anotar. Además, dio ritmo al equipo, tanto en el segundo cuarto como en el tercero, contra la zona.
- Savané. No hace falta que haga partidos espectaculares:su rendimiento es constante, no falla en defensa y saca provecho de sus recursos en ataque. Cuando el equipo está atascado, lo busca al poste; cuando Varda mete tres canastas seguidas aprovechando la fragilidad defensiva de Freeland y English, Savané sale a la ancha y el pívot serbio no vuelve a meter ni un punto. Y siempre deja jugadas espectaculares, como el mate a pase de Guerra -con quien juega el 2x2 como nadie- y los tapones.
- La vuelta de Roberto Guerra. Jugando así, con intensidad, valentía y decisión, aunque no le entren los tiros, es un factor importantísimo para el Gran Canaria. Habría que evaluar la importancia de su ausencia, dada la cantidad de puntos recibidos cuando no estuvo. Eso sí, cuando Stojic se puso a maquillar el resultado en el último cuarto, se vio que Moran es mucho más efectivo en defensa contra jugadores altos.
- El ataque contra zona. El Gran Canaria se empeña en atacarla buscando las esquinas o los bloqueos para tirar triples. Y salvo English, que también tiene rachas malas, y Sergio Pérez, que se lesionó al meter un triple y no jugó sino seis minutos, no hay tiradores fiables. Tengo la sensación de que pasa mucho más con Mario Fernández en cancha, probablemente porque contra ese tipo de defensas no se puede tener jugadores que no toman decisiones ofensivas. Norris salió y en el segundo ataque metió una canasta de cinco metros, algo impensable para el catalán.
- Como comentaba, la lesión de Sergio Pérez. En otros encuentros sirvió de abrelatas contra la zona; en este, sólo estuvo seis minutos en cancha. Al meter un triple, Varda le cayó encima -para mí que eso es falta-, se le dobló el tobillo y habrá que ver para cuánto tiempo tiene.
- La integración y valentía de Niklas Canner-Medley. Estoy convencido de que no es el jugador que necesita el Gran Canaria; casi diría que dudo que tenga nivel para ser tercer pívot en la ACB...pero se le ha pedido que ayude a hacer eso que no está haciendo David -aportar desde fuera y dar intensidad- y lo está haciendo. Falló por mucho los dos primeros tiros, pero al tercero se atrevió y lo metió. El siguiente fue un triple. Y fue el que defendió mejor a Moss, incluso mejor que Savané, que ya es decir.
Un dato que lo ejemplifica -pero no fue el peor, desde luego- fue la trifulca entre English y Varda. El canadiense se encaró con Bazdaric por la lucha en un tiro libre, y el pívot serbio acabó el enfrentamiento agarrando por el cuello a English y lánzandolo hacia atrás. Menos mal que todos los jugadores estuvieron tranquilos, porque se podía haber armado buena y no convenía, dada la marcha del partido y el vacío del pabellón (el día y la hora eran muy malos). El caso es que señalaron falta doble, cuando English no había hecho nada. Pues bien, casualmente, a Varda le señalaron dos faltas en el rebote de ataque, en ninguna de las cuales se había llevado el balón el Menorca. En suma, que alguno de los árbitros vio la jugada y quiso penalizarlo sin desdecir a uno de sus compañeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario