Ni el marcador final ni la euforia que desprendía el público y los medios de comunicación me parecen justos. El Gran Canaria debió resolver el encuentro mucho antes por su propios medios y no por la cantidad de errores (en forma de malos ataques y fojas defensas) del Murcia. El 38-31 de final del segundo cuarto, e incluso el 63-50 al término del tercer periodo reflejaban mejor lo que ocurría en la cancha: el Gran Canaria iba acumulando la distancia canasta a canasta, sin estridencias y sin un ataque fluido, defendiendo bien cerca del aro pero con ciertas dificultades para parar a Robles, Thomas y Dean.
En el último cuarto, el Murcia se dio por vencido -o eso pareció- y empeoró aun más su ya desastroso ataque, presionó a toda cancha sin convicción y permitió varios contraataques grancanarios.
Como digo, el Gran Canaria no jugó bien, mermado por las bajas de Freeland y de Moran, pero tiró de oficio y de la calidad de English. El Murcia no supo parar al canadiense, en lo que me pareció una flagrante falta de preparación del partido por parte de Hussein y sus colaboradores. En el primer tiempo lo defendió Taquean Dean, que se reservó mucho para el ataque y sólo se puso las pilas atrás en el último cuarto. El resto del tiempo, Slanina y Robles, sin ayudas, no pudieron pararlo, y el banquillo murciano no reaccionó de ningún modo.
En el plano defensivo, también el equipo amarillo se dejó llevar durante buena parte del encuentro. Cuando Robles emergió en el segundo cuarto, con 12 puntos en cinco minutos, Maldonado seguía preocupado porque Fisher siguiera defendiendo a Dean, que hasta ese momento sólo había anotado una canasta, en lugar de a Robles. De hecho, el técnico gritó ostensiblemente en dos ocasiones consecutivas al inicio del tercer cuarto por esta razón.
Un apunte táctico que vemos mucho últimamente en el CID. El Gran Canaria tiene preparada una jugada para salir de la presión al sacar de fondo. Consiste en que saque el base, un pívot se queda a recibir en un lado y busca de nuevo al base, que inicia el bote por el centro de la pista. En el otro lado espera el escolta, como recurso adicional. Generalmente sale bien, pero nunca a la primera. Quiero decir: suele ser necesario perder un balón primero para hacer la jugada. En mi opinión, un rasgo fundamental de los bases debe ser darse cuenta de lo que ocurre en la pista y reaccionar. De Norris, por sus características, no lo esperamos, pero a Mario Fernández ya le pasó en Madrid y hoy repitió el error.
Lo mejor
- La comodidad de la victoria pese a que no hubo buen juego. Los 23 puntos de diferencia final se basan en un parcial de 9-0 al final de partido; antes, la diferencia oscilaba entre nueve y 14 puntos. Es importante ganar sin jugar bien, sobre todo cuando lleguen rivales más fuertes. A ver si se logra fuera de casa.
- Carl English. Sus 37 puntos de valoración le hacen merecedor del MVP de la jornada de la ACB. Su último cuarto fue espectacular, con 13 puntos y dos asistencias espectaculares para Augustine y Savané (ésta última después de un 1x1 de espaldas contra Slanina, con reverso rapidísimo antes de la asistencia), después de anotar otros 10 puntos en el tercero. Y con magníficos porcentajes (4/8 en triples, 6/8 en tiros de dos y 6/6 en tiros libres). Se nota que es un jugador que precisa minutos, como los 36 que disputó hoy. Maldonado estuvo a punto de sentarlo en el los últimos minutos para que recibiera una merecida ovación, pero el juego no paró. Los 30 puntos son su mejor marca anotadora en la ACB.
- La aportación de los aleros. Fisher, Sanders y el propio English estuvieron a muy buen nivel y consiguieron que no se notase la baja de Moran y la escasa aportación cerca del aro de los pívots amarillos. Fisher sigue siendo un defensor muy intenso y se lanza al contraataque siempre que puede y Sanders reapareció para anotar tres triples y una canasta de dos inverosímil.
- La escasísima aportación interior en ataque. Savané y Augustine sólo aprovecharon un 1x1 de espaldas cada uno. El resto de sus canastas llegaron gracias a penetraciones de los exteriores que doblaron el balón. La baja de Freeland se empieza a notar mucho en este equipo, sobre todo cuando se enfrenta a equipos que, como el Murcia, cuenta con interiores altos y fuertes (por escasa que sea su contribución ofensiva).
- La sensación de dejarse llevar en el primer y segundo cuarto. Sólo la defensa y algunos arranques de Fisher al inicio dieron brío al Gran Canaria; desde mediado el primer periodo hasta los comienzos del tercer cuarto el equipo local jugó como si tuviera el piloto automático puesto. Contra un rival de más entidad, probablemente se hubiese llegado a un final más igualado.
- La carencia de carácter del Murcia. Puede que se deba a sus problemas económicos, pero la palmadita que Hussein dio a Moss después de que lo eliminaran por una falta estúpida al presionar al base tras un rebote y tras el nefasto partido que completó (1/6 de dos, 10 puntos y un solo rebote para 7 de valoración) me pareció paradigmática. Ya se sabía que el equipo baja mucho lejos su pista, pero ni siquiera cuando el técnico canario planteó una defensa presionante sus jugadores parecían creer en la remontada. Thomas estuvo desaparecido todo el partido y Dean sólo quiso jugar el último cuarto. Pero lo peor es la sensación de dejarse llevar y de atacar y defender con la misma intensidad cuando estaban a dos puntos que cuando perdían por 20. Si no se da un cambio sustancial, me parecen claramente candidatos al descenso, incluso más que Estudiantes y Cajasol.
2 comentarios:
Empieza a ser preocupante el pasotismo del equipo en los primeros cuartos, sobre todo en Eurocup, que va a costar la clasificación.
Siendo consciente de tener este año un equipo más físico (vuelve Freeland por favor!)que ha podido llegar a finales de partidos igualados y ganados, este cara y cruz puede ser cruz: Asvel, Azovmash, Pamesa, por citar algunos. No nos podemos permitir este pasotismo: contra los ucranianos, Maldonado no sabía qué quinteto poner en cancha. Ninguno respondía.
Si los partidos que ganamos por la mínima, lo hubiésemos perdido...¿de qué estariamos hablando?
Tienes toda la razón. Contra el Azovmash, parecía un amistoso, como si no se jugaran nada y tuvieran miedo a forzar.
Creo que es la primera vez que veo a Maldonado tan fuera de sí, haciendo tantos cambios. Incluso optó por dejar a Norris y Mario sentados -se lo merecían, estaban haciendo un partido malísimo- para poner a Fisher de base.
Sin querer disulparlo, lo de jugar el martes después de hacerlo en domingo y las lesiones se acaban notando. Esperemos que la vuelta de Freeland devuelva algo de anotación interior, porque sin eso vamos muy mal.
Publicar un comentario