El Joventut se lleva la victoria del CID y certifica su quinto puesto

Un parcial de 2-15 en los últimos cinco minutos dio al DKV Joventut la victoria y el quinto puesto de la liga ACB (72-77) y amplió la racha negativa del Gran Canaria, que ha perdido sus últimos cuatro encuentros. Un mate en contraataque de Freeland tras asistencia de English fue la única producción ofensiva amarilla en cinco minutos. Tras el triple anotado por Fisher que ponía el 70-62, el ataque amarillo siguió la siguiente secuencia:

• Un tiro fallado por Savané, no recuerdo exactamente la posición, creo que fue un 1x1 al poste (70-62)
  
• Un tiro errado por Norris desde seis metros sin oposición (70-65)
  
• Triple fallado por English, bien defendido (70-65)
• Tiro fallado por Freeland bajo el aro tras falta clarísima de Hernández Sonseca (70-66)
• El citado mate de Freeland al contraataque, tras robo de balón gracias a la defensa del propio pívot inglés en el bloque y continuación entre Rubio y Hernández Sonseca (72-66)
• Pérdida imperdonable de Norris al subir el balón ante la defensa individual de Mallet (72-69)
  
• Tiro fallado de Augustine a cinco metros, completamente solo. En el primer tiempo había anotado uno en situación idéntica (72-71)
• Fallo de English tras entrada a canasta muy forzada; fallo de Sanders en el rebote ofensivo, en una situación muy favorable (72-71)
• Penetración suicida de Norris terminada en bandeja que no toca ni aro (72-73), con poco tiempo de posesión y tras un mal ataque (72-73)
• Balón perdido por Carl English al cometer pasos clarísimos. (72-75)
  

Y ahí acabó el partido. el Gran Canaria ni siquiera tiró cuando iba tres puntos abajo y quedaban diez segundos.

El motivo de que recopile esta sucesión de ataques probablemente sea que todavía no me explico cómo se pudo perder un partido. Tengo claro que el Joventut jugó muy bien, castigó las ayudas defensivas con triples, aprovechó prácticamente todos los tiros libres de que dispuso (88% al final de partido, cuando acredita un 78% en la temporada) y defendió muy intensamente. Pero, sobre todo, confió en ganar el partido, no se rindió cuando le venían mal dadas y jugó con mucha cabeza, aprovechando sus virtudes.

También creo que contó con una inestimable colaboración arbitral, en lo que para mí fue la peor actuación que veo en el CID en mucho tiempo. Todas, absolutamente todas las jugadas dudosas se decidieron en contra del equipo local y los contactos bajos los aros se midieron de modo muy diferente, especialmente en el último cuarto.

Con todo, el encuentro es de esos que deja cara de tonto al equipo, entrenador y espectadores. Tras unos buenos 35 minutos -muy buenos en algunos instantes-, se tiró por la borda el triunfo con el que ha sido, con mucho, el peor final jugado de los que he presenciado en el CID en los últimos años. Este equipo suele tener más oficio para jugar este tipo de partidos.

Lo peor

1. El final de partido local, lleno de malos tiros, fallos en lanzamientos claros y malas decisiones. El cambio de Norris por Mario Fernández fue decisivo: propició el despropósito final -en el que el base norteamericano tuvo mucha responsabilidad- y me pareció injusto tras la buena actuación del canterano del Barcelona, mucho más firme en defensa que en otras ocasiones.
   
2. El arbitraje, sobre todo en el último cuarto. Hacía tiempo que no veía una actuación arbitral tan parcial a favor del equipo visitante. Por cierto, me parece flagrante el maltrato que está recibiendo Freeland de los colegiados: de sus cuatro tiros fallados, tres fueron faltas palmarias.
   
3. La debilidad del rebote defensivo. El Gran Canaria atrapó el 66,7% de los rebotes en su aro, mientras que el Joventut consiguió el 83,8%.
4. No haber aprovechado la superioridad interior. Sólo Augustine, yendo al rebote ofensivo con decisión en un par de ocasiones, aprovechó la inferioridad de Bogdanovic. La defensa colectiva del Joventut se defendió muy bien para evitar que Savané o Freeland hicieran daño por dentro, pero creo que se debió insistir más en ese emparejamiento.
   

Lo mejor

1. El empuje y la constancia del Gran Canaria en los 35 primeros minutos, con un nivel de juego muy bueno sin tener un día especialmente acertado en ataque. Me gustaron mucho las ganas de correr del equipo y la defensa colectiva. Un apunte táctico sobre la defensa del 2x2: ya contra el Tau me pareció que el Gran Canaria había defendido bien esta situación, de la que Prigioni saca tanto provecho; y ante Ricky, del que ya decíamos que saca mucho partido, también estuvo muy firme la defensa amarilla. En este caso, las ayudas flash de los pívots duraron un poco más y llegaron un poco antes, y consiguieron evitar las penetraciones de los pequeños y las continuaciones de los pívots. Pero evitar estas continuaciones mediante ayudas de un tercer jugador también propició que se dieran muchos tiros abiertos, que el Joventut aprovechó en buena medida.
2. La inteligencia para evitar la defensas presionantes del Joventut. En este caso, el Gran Canaria siempre estuvo atento tras los tiros libres badaloneses para ejecutar la jugada de salida de presión habitual; aunque nunca fue decididamente presionante ni hubo muchos traps defensivos, era ese un punto que siempre costaba alguna canasta a los de Maldonado.
   
3. La seriedad del Joventut. Normalmente se alaba su juego alegre, sus defensas alternativas, la genialidad de Ricky, su atrevimiento. Pero en la isla supo ponerse el mono de trabajo, remontar a base de triples bien tirados cada vez que tenía oportunidad, defender intensamente sin despistes y con toda la dureza permitida. Sin Laviña, con Jagla muy mermado (sólo jugó tres minutos), Coby Karl despistadísimo (cinco minutos) y la participación de Pere Tomás limitada a la habitual -seis minutos-, al Joventut le bastaron siete jugadores para llevarse la victoria. Ejemplo de esa seriedad fue Ricky Rubio, que asumió el liderazgo de su equipo sin precipitar tiros, buscando a los jugadores abiertos, aguantando en defensa sin buscar robos de balón. No estuvo brillante, perdió siete balones y sólo ejecutó uno de sus driblings -aplaudido por todo el pabellón. Pero acabó con 9 puntos, 8 rebotes y 11 asistencias.
   
4. La estrategia de Sito Alonso. Además de su contribución al punto anterior, hay que apuntar en su haber buena parte del beneficio que su equipo tuvo por el arbitraje. Forzar la técnica como lo hizo (en una jugada clarísima) y en ese momento -cuando su equipo había igualado el encuentro, al borde del descanso- seguro que influyó en la parcialidad de los colegiados, tan dados a compensar. Es una táctica muy de Aíto, del que se ve que ha aprendido.

Vídeo del partido en acbtv.com

Ahora, el Gran Canaria está casi sentenciado a disputar el play-off contra Unicaja. Al menos, la peor racha de la temporada ha llegado con la clasificación decidida. Esperemos que los dos últimos partidos -en Murcia, que se juega el descenso, y en casa contra el Pamesa, que posiblemente se esté jugando su posición en play-off- sirvan para recuperar buenas sensaciones.