Cuesta abajo y con Panko como único freno
Dos victorias en los últimos 12 encuentros, incluida una racha reciente de ocho derrotas consecutivas, sólo un triunfo por encima del descenso y con el average perdido frente a su perseguidor, el Obradoiro. La situación del Gipuzkoa Basket es lo más parecido a una caída cuesta abajo. Habrá que ver si tiene frenos suficientes, porque su situación empieza a ser límite.
Lo curioso de su caso es que la temporada había empezado mucho mejor de lo esperado. Los pupilos de Pablo Laso estuvieron luchando hasta el último momento su clasificación para la Copa del Rey a pesar de que, en mi opinión, su plantilla es una de las más descompensadas por el déficit de número y calidad (física y técnica) en sus pívots y ya en pretemporada, frente al Gran Canaria en el Torneo de Adeje, esa carencia parecía importante.
Sus deficiencias en centímetros las intentan paliar corriendo. Así, son de los equipos que más posesiones disfrutan en cada partido, pero su eficacia ofensiva es bastante baja, entre otras cosas porque también son de los que más balones pierden. Pese a que cuentan con Ignerski como ala-pívot titular, no tiran mucho de tres, porque llevan muy mal porcentaje esta temporada (31,35%) y porque basan mucho su juego ofensivo en las penetraciones de Barbour, Detrick –cuando está en cancha- y del juego cerca del aro de Panko, que siempre intenta sacar partido de su altura y fuerza contra aleros más débiles físicamente. Con esas armas han conseguido ser, aunque parezca extraño, el equipo que más veces va a la línea de tiros libres de toda la ACB, algo inusual para un conjunto de la zona baja.
Desde el punto de vista grancanario, se conjugan en el juego de ataque donostiarra dos variables que históricamente han causado problemas: aleros que juegan cerca del aro, sobre todo si no está Moran en cancha –además de Panko, el propio Barbour es capaz de jugar al poste cuando lo defienden escoltas- y ala-pívots capaces de tirar y penetrar, como Ignerski. Quizá sea esta una oportunidad de ver si Dasic es realmente capaz de atemperar el daño que este tipo de jugadores puede hacer al conjunto amarillo.
En cualquier caso, donde más debilidades tiene el Gipuzkoa Basket es en defensa. Su comentada debilidad interior hace que sus rivales castiguen cerca del aro y obliga a que sus otros jugadores se cierren para fortalecer su canastas y proteger su rebote, por lo que no presionan líneas de pase con excesiva agresividad y fuerzan poquísimas pérdidas a sus contrincantes.
Pese a que algunos de sus fichajes fueron muy sonados por proceder de equipos punteros o haber dejado su clase patente en España -Miralles provenía de Valencia; Barbour deslumbró en Tenerife; Ignerski llegaba tras dos buenos años individuales en Sevilla-, su gran referente sigue siendo Panko, que con 32 años juega 30 minutos por partido y cumple con creces (tercer jugador más valorado de la competición). La aportación de los otros tres no ha sido la que parecía esperar la afición vasca, que también sigue ansiando más regularidad de sus bases y más aportación del banquillo.
2 comentarios:
Pero si estas hecho todo un comentarista deportivo, a mi el baloncesto no es que me flipe, de hecho sólo he ido a ver al Granca una vez, y perdió. Un saludo.
Sí, y cuando voy a las ruedas de prensa, hago preguntas típicas del periodismo deportivo, del tipo: "el partido bien, ¿no?".
La verdad, yo te veo alguna vez en el pabellón y me descojono de la sorpresa.
Cuídese, oiga. Salud.
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