Un buen partido colectivo del Gran Canaria Grupo Dunas no bastó para batir al líder, Unicaja de Málaga (67-75). Los de Scariolo demostraron su eficacia y solidez en ataque y en defensa y supieron jugar con ataque fluido y defender con intensidad. El último cuarto se convirtió en un recital de desaciertos arbitrales, casi todos en contra de los locales, que ayudaron a la victoria final de los malagueños.
Cualquier equipo con menos firmeza hubiera sucumbido ante el Gran Canaria, donde estuvieron bien Savané, Norris y Kennedy (éste, con sus rachas); Moran hizo un trabajo en defensa especatular y Shaw aportó consistencia en el rebote. En el aspecto negativo habría que destacar de nuevo el apagón en ataque del primer y del último cuarto y la falta de concentración para dejar que la polémica arbitral decantara la balanza en un partido igualado.
El Unicaja tiene muchas y diversas armas. Yo destacaré una que se ve muy poco, pero resulta de especial importancia en partidos como el de hoy: la ayudas defensivas en el poste bajo de Florent Pietrus y Jorge Garbajosa. Cuando ambos coincidieron, hiceron la vida imposible a Savané y Williams. Santiago y Nicevic, mucho más altos, no pudieron nunca con el senegalés.
Sobre los árbitros: no me gusta nada achacar las derrotas o victorias a la actuación arbitral, porque creo que, por lo general, intentan compensar las decisiones a favor de unos y otros. Pero siempre me ha parecido que, cuando el enfrentamiento es entre un 'grande' y un 'pequeño' (o un rico y un pobre, para ser más exactos), según se acerca el final, las decisiones polémicas siempre perjudican a los pobres. Este fue otro caso, porque hasta el último cuarto, el arbitraje había sido pésimo, pero para ambos lados.
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