En el segundo partido fue en el que el Gran Canaria estuvo más cerca de ganar (69-72). Al último cuarto llegó con siete puntos de ventaja (60-53) y una canasta de Savané posterior puso el 62-53, y en el siguiente ataque, Rudy falló un triple. Pero una lacra enorme en la eliminatoria, los rebotes de ataque, permitieron al propio Rudy anotar dos puntos. Y luego, el otro gran defecto de los de Maldonado en la serie, la defensa de los triples, apareció nuevamente. Bennet, Mumbrú y Barton anotaron de modo consecutivo, tras dos errores de Norris y uno de Klein en el tiro, dejaron el marcador en 62-64. Y en la jugada final, más de lo mismo: triple de Bennet fallado, rebote ofensico y nuevo triple de Holcomb sobre la bocina.
Del tercer partido (81-76), poco que decir. Semejante en la rivalidad al primer tiempo del encuentro inaugural de la serie, pero con Bennet en lugar de Rudy decidiendo el partido y claros síntomas de agotamiento en ataque del cuadro grancanario. El acercamiento final, gracias a dos triples desesperados, fue un espejismo, cortado por otra inverosímil canasta del base estadounidense de la Penya.
Lo positivo de la serie:
- El Gran Canaria compitió en los tres partidos ante un rival con plantilla más completa y mejores individualidades.
- En los dos últimos pudo ganar, si hubiese tenido un poco más de acierto en ataque. Empleó las mismas armas de toda la temporada: defensa intensa, con ayudas muy rápidas y muy bien hechas; ataques ordenados buscando a un Savané pletórico, aunque bien defendido contra el Joventut; y anotaciones repartidas de los jugadores exteriores.
- En definitiva, rentabilizó muy bien sus recursos, escasos en comparación con los del Joventut y muchos de los otros equipos de la ACB.
- Cuando se llega este punto, todos los equipos echan mano de sus mejores individualidades. El Gran Canaria no ha tenido ese tipo de jugadores en los últimos años -quizá desde que Marcus Goree se marchó a Treviso-, y puede ser una de las causas de que no pase la primera fase. Pero esos son los jugadores a los que sólo llegan los clubes de alto presupuesto.
- La aportación de los 'secundarios' ha sido escasa. Shaw, Baldo y Winston sólo han aparecido en momentos concretos -sobre todo el tercero- de los tres partidos. A Klein no se le ha visto, como en casi toda la temporada.
- Ni Norris ni Williams han llegado en su mejor momento. Durante toda la temporada, el primero había estado incluso brillante en muchos partidos, y el segundo siempre había cumplido su papel. Contra el Joventut -y en el último tercio de la temporada-, el base estuvo errático y fallón; el pívot se precipitó mucho en defensa y no buscó sus opciones en ataque.
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