El Gran Canaria recibe al Cajasol, colista de la ACB, pero que llega con nuevos aires
Este domingo el Gran Canaria recibe la visita del Cajasol de Sevilla, actual colista pero con un potencial a priori mucho mayor de lo que su balance indica (una victoria y ocho derrotas). Esos resultados acabaron con la etapa de Manel Comas, salvador la temporada pasada, y pusieron al frente del equipo a un conocido de la afición amarilla, Pedro Martínez, que debutó el pasado miércoles con victoria en competición europea.
Aunque en esta temporada parece haber tocado fondo, el mal momento del conjunto sevillano dura ya varios años. Desde la temporada 2000-2001 no juega los play-off de la ACB. Lo han intentado de todas las maneras, confeccionando plantillas de diversa índole (unas veces buscando más calidad, otras fichando jugadores más comprometidos) y contratando entrenadores de perfil variado. Incluso le robaron al Granada a Oriol Humet, secretario general que tan buen trabajo había hecho al frente del equipo nazarí. Pero hasta el momento, nada ha funcionado.
Para este año, apostaron por la continuidad del bloque que les había salvado en la segunda vuelta de la temporada pasada. Comas dirigiendo en el banquillo y Bennet desde la cancha fueron dos factores claves. También permanecieron otros jugadores que hicieron buen papel: Tyrone Ellis, Michal Ignierski, Iñaki De Miguel y Andrés Miso. Y apuntalaron la plantilla de todas las formas posibles: el mejor base nacional de los últimos años de la LEB, Pedro Rivero; talento y polivalencia en la figura de Andrea Pecile; capacidad atlética con Warren Carter; los kilos y centímetros de Juanjo Triguero y Mile Illic; y la capacidad anotadora por dentro y por fuera de Savanovic.
El decepcionante resultado hasta la fecha provocó, además del cambio de Martínez por Comas, la renuncia de Bennet, cuyo sustituto es otro veterano base norteamericano pequeño, Tyus Edney, que deberá jugar un papel similar.
Soluciones individuales, mal juego en equipo
Todo esta funcionando mal en el Cajasol. Es el segundo equipo que menos anota, la segunda peor defensa de la competición y el que menor valoración registra. Su juego de conjunto es casi inexistente: tiene el peor promedio de asistencias de la liga, pierde muchos balones -casi 18 por choque-, y recibe bastantes tapones fruto de su mala selección de tiro.
Cuando lo he visto jugar ha confirmado lo que indican esas estadísticas, con un juego muy basado en las acciones individuales, sobre todo las de Pecile, y los tiros que puedan conseguir Ignerski y Ellis. Savanovic va adquiriendo protagonismo poco a poco y Warren Carter suma gracias a su ímpetu en el rebote ofensivo (el Cajasol es el mejor equipo de la ACB en este apartado) y a su movilidad constante. Sus números de conjunto reflejan el papel prendorante de estos jugadores.
Habrá que ver cómo se adapta la plantilla a las exigencias de Pedro Martínez, que abundará en el trabajo defensivo de conjunto, una de los grandes defectos de este equipo. Si continúa en la misma línea y el Gran Canaria recupera la firmeza defensiva que no ha tenido en sus dos últimos encuentros, debería llegar otra victoria local. Correr el contraataque tiene que ser una de las premisas de los amarillos, aprovechando el mal balance defensivo sevillano.
Hace tres temporadas, un Pedro Martínez recién llegado a Estudiantes venció en el CID con un equipo en plena crisis (60-68). Esperemos que no se repita la historia y que este Gran Canaria, con el sello propio de Maldonado y de Himar Ojeda, se acerque más a la Copa del Rey ganando al Cajasol.
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