El Gran Canaria consiguió una cómoda y amplia victoria en Suiza frente al Friburgo (64-92), lo que le permitirá tener un partido de vuelta sin sobresaltos. El encuentro fue la confirmación, si faltaba alguna, de la importancia de Freeland y el nivel que ha alcanzado, muy por encima de los pívots rivales y, a día de hoy, por encima de Savané y Augustine.
Es fácil constatar esta afirmación con el marcador e el día de hoy. Cuando el inglés salió a la cancha, el Gran Canaria, en un inicio espantoso, perdía 10-3. Quedaban entonces 4 minutos y 21 segundos para terminar el primer cuarto. Con 18 puntos, dos rebotes y dos tapones de Freeland, sin fallo en sus siete tiros de dos y sólo un error en cinco tiros libres, el marcador quedó en 18-31 cuando Savané volvió a reemplazarlo, a 5:31 del final del segundo cuarto. Es decir, que los de Maldonado encadenaron un parcial de 8-28 en el que Freeland anotó esos 18 puntos y Kickert, que salió al mismo tiempo por Augustine, consiguió cuatro tantos más y tres rebotes.
A partir de ahí, el parcial continuó hasta el 21-45 del descanso (lo que supone un tremendo 11-42 en menos de 15 minutos de juego). En el tercer cuarto las diferencias se agrandaron hasta los 30 puntos y en el último, se mantuvieron. La tarjeta estadística final de Freeland fue de 24 puntos, 4 rebotes, tres tapones y una asistencia, con 10/14 en el tiro de dos, pero con los tres errores en los últimos instantes del intrascendente último cuarto.
El resultado, con todo, no es una noticia muy buena de cara al partido de vuelta: con una eliminatoria tan decidida, un martes a las 20.30, no creo que el público responda como lo venía haciendo. Yo iré de todos modos, y a ver si Maldonado se levanta complaciente y hace debutar a alguno de los canteranos.
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