Mientras el equipo ACB ganaba en La Palma con algunos apuros, el Gran Canaria EBA se estrenaba con victoria en la competición frente al Alcorcón (69-53), un equipo recién ascendido a la categoría. El conjunto dirigido por Víctor García practicó el mismo juego que apuntó en el amistoso contra el Aridane: defensa en todo el campo, presión constante y constante búsqueda del contraataque. Hay que tener en cuenta, además, que faltaban al menos dos de los pívots importantes, Nejc Buda y Bakary Konate, en ambos casos creo que por cuestiones burocráticas; por los mismos motivos también faltaba el alero Igor Krasnic.
Pese a las ausencias, el Gran Canaria impuso su mejor condición física y atlética. El Alcorcón notó el cansancio en la segunda mitad y encajó un 17-0 (de 46-43 a 63-43, creo) debido a que sólo anotó cuatro puntos en catorce minutos. Luego, con el partido ya finiquitado, anotaron algunas canastas más. Pero los jugadores amarillos nunca cejaron en su esfuerzo, con su entrenador pidiendo intensidad en cada instante, incluso con 20 arriba en el marcador en el último cuarto. Al final del partido, el Alcorcón había perdido 26 balones, una barbaridad.
Individualmente destacó Alejandro López, con 15 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias y 6 recuperaciones -muy bien en la defensa de líneas de pase en la presión-, corriendo y terminando muy los contraataques. También me gustó mucho Ewould Kloos, el alero holandés, muy seguro en el tiro, incluso tras bote, y siempre intenso en defensa. Javi González, con 15 puntos y 13 rebotes; y Samuel Domínguez, con 13 y 12, no dejaron de ir al rebote ofensivo y estuvieron atentos a todas las ayudas atrás. Los bases no dejaron nunca de correr, Gaby Alonso aprovechando su rapidez con el bote y Óscar Alvarado su capacidad de pase. El resto -Christian Díaz, Rafa Rodríguez, Jonay Cazorla- mantuvieron la intensidad y el esfuerzo incluso con el partido decidido.
Está claro que el Alcorcón es uno de los equipos que luchará por no descender, pero física y técnicamente se vio una diferencia grande entre ambos equipos, pese a la inexperiencia de los grancanarios.
Me quedo con dos detalles más. Primero, el liderazgo de Alvarado. Es el que más reúne al grupo para hablar y de los que más anima -incluso cuando viaja con el equipo ACB-, de hecho, en un partido donde estuvo muy mal en el tiro (0/5 de tres) y perdió un par de balones que no debería, dio una clase de cómo aprovechar los contraataques con pases de todas las formas y distancias, especialmente con uno que dio a Samuel Domínguez, que llegaba por el centro justo detrás de él. El segundo, un tapón contra tablero increíble, al más puro estilo Jim Moran (sólo que un poco más abajo), de Rafa Rodríguez, después de una pérdida y con el partido ya resuelto.
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