La visita del Gran Canaria al FC Barcelona coincidirá con el homenaje a Ignacio Solozábal, el base azulgrana retirado en 1992, en el próximo partido de liga de los grancanarios, el próximo 8 de octubre. En el descanso se retirará su camiseta y habrá una reunión de jugadores importantes de los 80. Es curioso que saliera tan a las malas con Aíto (he leído que se retiró porque no querían dejarle ir a otro club y García Reneses no contaba con él) y que su segundo durante tanto tiempo, Manolo Flores, ahora con un cargo directivo en el Barcelona, aparezca como el principal impulsor del acto.
Por lo visto hasta ahora, sería un buen momento para hincarle el diente a los catalanes, ya que toda su pretemporada ha sido mala y sus primeros partidos oficiales, derrotas con muy escasa producción ofensiva. Como siempre, los equipos pequeños (y los medianos), deben aprovechar los inicios de temporada. A ver si el Gran Canaria lo logra. Entre medias, los azulgrana se enfrentan al equipo de la NBA Philadelphia 76ers (probablemente con sus suplentes).
Solozábal
Cualquiera que defina las características que debe tener un base señalaría muchas de las que Ignacio Solozábal tenía como jugador. En sus 14 años en el Barça (siempre en ese equipo: otro detalle de mérito), siempre demostró conocer bien a sus compañeros y a sus rivales, siempre estuvo a punto para jugarse tiros decisivos y para decidir cuándo el balón era para Norris y cuándo para Epi. Defendía muy bien (tengo un amigo que siempre recuerda que taponó a Llorente dos veces seguidas en un contraataque en un Barcelona-Real Madrid) y no se arrugaba. En suma: un base de los que hoy escasean. El baloncesto habrá cambiado, pero el talento es el talento, y Solózabal tenía mucho.
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