sábado, febrero 28, 2009

Análisis del Ricoh Manresa

En la primera vuelta, desglosé lo que para mí eran las claves del encuentro contra el Ricoh Manresa, antes del partido que el Gran Canaria resolvió con el triple inverosímil de Fisher y el poco recordado tapón posterior de Norris. Fue, por cierto, el primer equipo en ganar en Manresa esta temporada.

El juego del equipo catalán ha variado poco desde entonces, sus puntos fuertes son los mismos (básicamente, el poderío interior, ahora todavía más con la explosión de Ibaka; y la creatividad de Javi Rodríguez y la defensa) y los débiles, también (sobre todo, la poca relevancia y malos porcentajes del tiro exterior). Aun así, escribí el análisis para el rebautizado Zona Basket y aprovecho para ponerlo aquí.

Crisis económica en plena solvencia deportiva

El Ricoh Manresa llega a la isla en puestos de play-off a pesar de contar con el menor presupuesto de la competición y al mismo tiempo que lucha contra graves problemas económicos. La escasa salud en las arcas lleva tiempo afectando al club manresano, pero no ha tenido reflejo en su solvencia en la cancha, siempre por encima de lo que las cifras y los nombres parecen indicar a priori.

Parece claro que el objetivo principal de un club con sus recursos debe ser evitar el descenso. La temporada pasada lo consiguieron de manera holgada, con tres victorias más que el descendido Valladolid, basada en un meritorio sprint final (cuatro victorias en los últimos cinco encuentros). Este año, se antoja aún más sencillo cumplir su objetivo, pues ya cuenta con once victorias. Su posición actual hace pensar en que pronto aceptarán como meta de la temporada luchar por las eliminatorias.

La plantilla es similar a la de la temporada pasada. La principal novedad es la marcha de Rafa Martínez y el recambio del extracomunitario exterior (primero fue Matt Walsh y después, Toby Bailey). Tuky Bulfoni y Román Montáñez han ocupado sus plazas, aunque su aportación anotadora no alcance las expectativas generadas, especialmente en el caso del argentino, tras su espectacular temporada el año pasado en León.

El resto de cambios han sido en la segunda unidad del equipo, con reemplazo de base (Rodrigo San Miguel por Berni Hernández), ala-pívot (Balmón por Callahan) y pívot suplente (Serge Ibaka por Xavi Rey). Precisamente este último, pívot congoleño de sólo 19 años y una capacidad atlética espectacular, comenzó recientemente a mostrar todo el potencial que se le suponía. Ante el Joventut, hace tres jornadas, logró 16 puntos y 15 rebotes para un 32 de valoración, con cinco mates.

El juego del Manresa, tanto en la temporada pasada como en esta, está condicionado en gran medida por la conexión de Javi Rodríguez, su base titular, con los jugadores interiores. Su bloqueo y continuación con Asselin proporciona muchos beneficios a los manresanos, aprovechando la variedad de recursos del pívot norteamericano cerca del aro. También Guillem Rubio –uno de esos jugadores muy productivos, expertos y poco valorados públicamente- y el citado Ibaka se aprovechan de los pases de Rodríguez, el mejor en este apartado de la competición, con casi seis asistencias de promedio…hasta que Ricky Rubio juegue más encuentros y la estadística contemple sus números.

Esta preponderancia del juego interior se explica al mirar los porcentajes de acierto desde la línea de tres: el Manresa es el equipo que menos triples consigue. Como promedio, intenta algo menos de 20 lanzamientos desde los 6,25 y sólo acierta con siete, lo que da un porcentaje que no alcanza el 32%. Las causas de esta deficiencia hay que buscarlas en la irregular temporada de Bulfoni y en la incapacidad del resto de jugadores exteriores –Grimau, Sánchez, Rodríguez, San Miguel y el propio Montáñez- para anotar con fluidez desde esa distancia.

Otra dificultad a la que se enfrenta el Manresa en el CID es su debilidad como visitante. De sus once victorias, sólo tres han llegado lejos del Nou Congost. Aunque seguro que querrán venganza después de aquel triple inverosímil de Fisher que dio al Gran Canaria el triunfo en la primera vuelta.

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