La superioridad amarilla fue tan clara que prácticamente todo el segundo tiempo fueron minutos de la basura, aunque Maldonado se esforzó porque el equipo no perdiera la intensidad. El marcador permitió que Moncasi y Guillermo Jorge tuvieran minutos, que los doce jugadores anotaran y que seis de ellos sobrepasaran los diez puntos de valoración.
El Gran Canaria superó al Granada en todos los aspectos. La defensa individual fue tremenda, hubo más ayudas de lo habitual, en ataque se movió mucho y muy bien el balón -por cierto, los granadinos estuvieron muy mal atrás- y los tiradores estuvieron acertados. El 57% en triples /16 de 28) así lo demuestra. Además, en un partido donde se intentó correr tantas veces, la cantidad de balones perdidos fue poca (12, por casi 18 de media).
Sobre la defensa del Gran Canaria me queda un comentario más. Anteriormente he criticado a Maldonado porque no varía sus planteamientos tácticos en muchas ocasiones. Por ejemplo, en la defensa a Borchardt, que ha sido MVP semanal dos veces tras enfrnetarse al Gran Canaria. Pues bien, en esta ocasión, mandó a Augustine a defenderlo, en lugar de que lo hiciera Savané, incluso cuando el ala-pívot del Granada -bien Pablo Aguilar, bien Juanpi Gutiérrez- amenazaba desde el triple. Y cuando fueron necesarias las rotaciones, a Augustine lo sustituyó Freeland, para evitar que el senegalés se encargara del pívot norteamericano. Pero eso no es todo: también parecía que el resto de jugadores estaba concienciado de la necesidad de ayudas. English acudió en tres ocasiones a esa ayuda y Norris también lo hizo, incluso cuando la opción de Augustine era defender por delante.
El Granada estuvo desacertado y, lo que es peor, apático. El entrenador, Trifón Poch, no dio la sensación de cabreo ni cuando casi perdían por 40 puntos, se rindió en el segundo cuarto, cuando puso a jugar al canterano Jorge Fernández antes que a Carlos Cherry y reservó a Scepanovic todo el partido tras sentarlo a los cinco minutos. Me transmitió exactamente lo mismo que cuando el Alicante descendió: nada. Será que aún guardo malos recuerdos de su paso por la isla...
Lo mejor
- Carl English. En un encuentro donde se puede decir que todos jugaron bien, elijo al canadiense por dos motivos principales. El primero es su defensa: en el primer tiempo no sólo secó a su par, pasando los bloqueos como en ninguna otra ocasión esta temporada, sino que acudió a ayudar al pívot ante Borchardt en repetidas ocasiones. Demostró que puede defender mucho mejor de lo que suele hacerlo. El segundo es el duelo con Hunter. Yo decía en el análisis previo que sería fundamental; pues no lo fue, pero si se analizan sus actuaciones individuales, la diferencia es palmaria: English, 31 devaloración en 22 minutos; Hunter, 6 de valoración en 34 minutos.
- La defensa. De nuevo estuvo a un nivel excelso, tanto hombre por hombre como colectivamente. Augustine demostró que puede parar a casi cualquier pívot que juegue en la zona (aunque le cueste la fractura de la nariz), Freeland también cumplió, sobre todo contra Borchardt, Moran desquició a Scepanovic y English secó a Hunter. Con las rotaciones todos los jugadores mantuvieron el nivel de intensidad, aunque en el último cuarto, se dejaron ir un poco más.
- El ansia de correr el contraataque. En el primer tiempo, especialmente, tras cada balón robado y cada rebote se buscaba finalizar rápido y los interiores corrían siempre que podían.
- Josh Fisher, majestuoso en el tiro (4/5 de tres) y con confianza para jugarse balones difíciles -se ve que su paso por Zona Granca le dio suerte- y Dan Kickert, que también estuvo fino (3/3 desde 6,25) después de algunos encuentros con menos puntería (llevaba 5 de 20 en los últimos ocho partidos).
- El Granada, por su falta de actitud y el pobrísimo nivel mostrado. Algo le pasa a este equipo para que se le atraganten tanto los finales de temporada, tengan o no a Bochardt en la plantilla.
- Aunque suene extraño por destacarlo el día que sí juegan, la escasa participación de Moncasi. Aunque dispuso de más de seis minutos esos minutos de la basura no son niguna recompensa, sobre todo en el caso del ala-pívot. Incluso le he leído a Maldonado afirmaciones en el mismo sentido. Supongo que si no juega es porque el técnico no cree que aporte más que el resto y que no lo hará de aquí a final de temporada; de hecho, su rol en la rotación ha ido decreciendo hasta sólo aparecer en en partidos decididos (Tau, Barcelona o este mismo). Evidentemente, Maldonado sabe mejor que nadie lo que puede aportar y, teniendo en cuenta que su cesión es por una temporada, está claro que tampoco va a aportar por él por encima del resto (ya tuvo dificultades para hacerlo con Freeland, que si tenía contrato), pero es posible que esta infrautilización pueda tener efectos negativos en posibles cesiones de otros jugadores del Barcelona en el futuro. Y yo creo que se podría apostar por él como alero, como tantas veces subraya Armando. El caso de Guillermo Jorge es diferente: para él, esos minutos son más una recompensa y una manera de reforzar positivamente su esfuerzo, aunque sirvan de poco para su evolución posterior, en mi opinión. Como él dice, esperemos que su triple -bastante lejano, por cierto- sea el primero de muchos.
- La sensación de superioridad con la mayoría de rivales que están por debajo...y la impotencia con los de arriba. Como he escrito varias veces, este equipo está dos escalones por encima de los conjuntos rivales, especialmente cuando juega en casa. Así que la falta de competitividad contra los grandes es más decepcionante si cabe. Samaniego lo reconoció en la entrevista que Pepe Alvarado le hizo en Radio Marca: el Gran Canaria ha demostrado que no tiene el nivel defensivo para enfrentarse a conjuntos de primer nivel europeo. Esperemos que aún haya tiempo de mejorar de aquí al play-off.
2 comentarios:
Me dio hasta pena el Granada... una murga.
a ver si tenemos suerte con g. jorge.
El base joven del granada, español, me gusto bastante teniendo en cuenta que tiene 20 años. Mario lo presiono intenso y el chaval le devolvió la moneda agobiando bastante la subida del balón de Mario, que no se esperaba tanta presión por parte del base rival.
Es el segundo partido en el que Jorge Fernández, que así se llama, juega más de 10 minutos; ya ha sumado 50 minutos en esta temporada. Con el partido como iba, pareció una buena opción; la lástima es que Maldonado no hiciera lo mismo con Guillermo Jorge.
El chico metió una canasta de mérito, pero se ve que la anotación no es su fuerte. A mí me pareció que se limitaba casi a subir el balón y soltarlo (los americanos llaman a eso un first-pass guard), pero en el partido como iba y con su edad, debe ser difícil ordenadr jugadas.
Marió tiene que empezar a demostrar su superioridad con esos bases, a los que supera ampliamente por físico. Con Marco, el del Murcia, lo intentó; y también con Guzmán, el del Menorca. Será que no quiso cebarse con el chico, dado el resultado.
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