Hubo mucha menos historia de la prevista en el primer partido entre Real Madrid y Joventut. Con el Joventut nulo desde el triple (0/7 en el primer cuarto, 1/11 al descanso, ya perdiendo por 47-23) y sin garra defensiva, el Real Madrid sólo necesitó enlazar varios contraataques para dejar el partido decidido.
Hay un aspecto del juego en el que pocos jugadores en el mundo destacan más que Raúl López: el lanzamiento del contraataque, el segundo pase tras el robo o rebote. En un equipo jugando con Felipe Reyes y Massey (sobre todo) como interiores, López tiene tantas posibilidades en el contraataque que se lo ve disfrutar jugando. Dio cinco asistencias seguidas, en total siete en los primeros 15 minutos, para dejar el partido sentenciado. Daniel Barranquero, en acb.com, recopila su actuación estelar.
Con todas sus deficiencias, el Madrid conserva su buena defensa y su dureza. Sin anotar desde fuera, el Joventut fía muchos ataques a Moiso y sus 1x1 en el poste bajo, porque sólo Ricky, lesionado en el segundo cuarto, ejecuta el 2x2 con acierto. El resto carece del talento para crear sus propios tiros como sí lo hacían Rudy el año pasado y Bracy Wright o Mensah-Bonsu a principos de temporada. Ni Ribas ni Mallet (negado, como en casi toda la temporada excepto en el partido en Gran Canaria) parecen capaces de cargarse el equipo a sus espaldas, Bogdanovic estuvo desaparecido y Jagla es un espectro en la cancha, muy lejos del jugador que parecía hace dos temporadas.
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