Eterna carencia de aportación desde el banquillo
La última vez que el Granada ganó en el Centro Insular, en 2005, Pedro Martínez entrenaba a los locales, mientras que Savané y McDonald anotaron 13 puntos cada uno y se hartaron de rebotear (12 y 11 capturas, respectivamente) pero no pudieron parar a Danya Abrams, que logró 24 tantos, ni a Pecile, que consiguió 19 y decidió el encuentro con sus penetraciones. En los amarillos también estaba Moran, que en 25 minutos sólo obtuvo 2 puntos y un -1 de valoración.
En las siguientes cuatro temporadas, a las órdenes de Maldonado, el Gran Canaria se ha consolidado como un equipo de la mitad superior de la tabla y el Granada ha continuado luchando, con más o menos apuros, por eludir el descenso. Aunque mirando el presupuesto puede parecer un rival directo a priori, en la práctica no lo ha sido casi nunca, a pesar de que en alguna ocasión su plantilla parecía diseñada para cotas mayores.
Probablemente su mayor carencia en los últimos años ha sido la ausencia de jugadores de nivel que aportaran saliendo del banquillo. En las cuatro jornadas de la temporada 2009/2010, parece presentar la misma carencia nuevamente. Trifón Poch opta por un quinteto claro: Gianella, Hunter, Ingles, Aguilar y Hendrix, con la ayuda desde el banquillo de Rannikko y Jasen en los puestos de base y alero. Esos siete jugadores promedian más de 20 minutos por encuentro. Muy lejos están Jaunpi Gutiérrez y Jesús Fernández, los relevos interiores, que sólo aparecen en la cancha 11 y 9 minutos de media.
Lo que quiere decir que Aguilar y Hendrix están disputando muchos minutos: 34 el primero y 30 el segundo (aunque hay que tener en cuenta que el Granada jugó una prórroga para ganar al Obradoiro en Santiago de Compostela). Estos dos jugadores, jóvenes y atléticos, están siendo el principal sostén del juego granadino. Se encuentran entre los jugadores más valorados de la ACB. No son tan altos y dominantes como Borchardt –cuánto daño hacía al Gran Canaria-, pero son más atléticos, más jóvenes y más resistentes. Además Aguilar amenaza desde el triple, igual que Jesús Fernández, lo que dejará espacios para Hendrix y dificultará su defensa.
Con todo, al Gran Canaria le va mucho mejor este tipo de jugadores más bajitos aunque más fuertes, que el pívot mormón. De hecho, el juego interior del Granada es de los más bajos de la ACB: el más alto, Gutiérrez, está en 2,05, y además está empezando muy mal la competición. Hendrix mide 2,02 oficialmente y Aguilar, 2,03.
La principal debilidad de los andaluces probablemente sea su defensa. Encajan muchos puntos, y en las dos derrotas que han sufrido este año –ante Bilbao y Valencia- han permitido porcentajes de tiro muy altos. También se han mostrado muy erráticos desde el tiro libre, promediando algo menos del 66%. Curiosamente, el Gran Canaria, que el año pasado se encontraba en una situación similar, a estas alturas es de los mejores equipos de la ACB en este apartado, rondando el 80% de acierto.
Uno de los principales puntos que deberá controlar el conjunto de Pedro Martínez son las pérdidas de balón. Hasta ahora, la cantidad de ataques desperdiciados de esa manera han sido demasiados, cerca de 18 por encuentro de media, y el Granada es, además del segundo equipo que más balones recupera, un conjunto muy seguro en el manejo del balón, con sólo 13 pérdidas de promedio.
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